Un golpe de timón para pasar a la ofensiva. Mientras las cifras de contagios en Estados Unidos siguen subiendo, el presidente norteamericano Donald Trump ha decidido retomar las sesiones informativas de la Casa Blanca sobre el coronavirus y volver al escenario para dar una imagen más sólida del gobierno y su respuesta a la pandemia.
En un momento en que sus números en las encuestas de intención de voto flaquean, y una semana después de haber reestructurado su campaña para las próximas elecciones de noviembre, Trump volverá a tener una presencia pública regular en el podio a partir de hoy.
“Creo que es una gran forma de dar información al público”, declaró Trump a la prensa este lunes, y señaló que espera discutir el avance en las recientes vacunas y tratamientos. Sus presentaciones antes diarias en la sala de prensa de la Casa Blanca terminaron después de que el presidente sugirió improvisadamente en abril que inyectarse desinfectante podría ayudar a tratar el coronavirus.
Los asistentes de la Casa Blanca dijeron que el formato, sede y frecuencia de las próximas presentaciones del presidente no se han determinado. Y no estaba claro si respondería preguntas o si compartiría el escenario con otros, incluido el vicepresidente Mike Pence y los doctores Deborah Birx o Anthony Fauci.
Durante meses, Trump había seguido las indicaciones de sus asistentes que lo presionaban para que prácticamente ignorara el virus y en cambio se enfocara en la economía y en temas en los que tenía mayor ventaja política.
Tampoco ayudó que la Casa Blanca haya señales de que no está muy complacida con el trabajo del epidemiólogo Anthony Fauci, director nacional del Instituto sobre Alergias y Enfermedades Infecciosas (Niaid) y, hasta ahora, una de las voces más respetadas en los esfuerzos por controlar el avance de la pandemia.
El presidente usó una mascarilla contra el coronavirus en público por primera vez desde el inicio de la pandemia, al visitar el pasado sábado un hospital militar.
Ahora Trump aprovechará las sesiones informativas “para hablar directamente con el pueblo estadounidense sobre la respuesta del gobierno federal al coronavirus y otros asuntos pertinentes”, dijo la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Matthews.
La nueva ofensiva presidencial ha sido impulsada por la asesora Kellyanne Conway, que la semana pasada dijo públicamente que Trump debería regresar al podio para destacar más claramente los pasos hacia la recuperación económica, pero también para crear un escenario para exhibir liderazgo al abordar las preocupaciones de los estadounidenses sobre el COVID-19.
“Su tasa de aprobación en cuanto a la pandemia era mayor cuando estaba en el podio”, dijo el viernes Conway, un reconocimiento tácito de lo que casi nunca dicen en voz alta los asistentes de Trump: que está rezagado tanto en los sondeos públicos como privados. “Era de 51% en marzo. Y creo que la gente quiere escuchar al presidente de Estados Unidos”.
“No tiene que ser diario”, agregó. “No tiene que ser durante dos horas. Pero, en mi opinión, tiene que ser”.
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