Un cubano residente en la capital ha compartido una breve reflexión en sus redes sociales para llamar la atención sobre “la visible contaminación de la Bahía de La Habana”, que no da indicios de disminuir a pesar de que venimos de meses de menor actividad social y económica por la pandemia de coronavirus.
“Pocos barcos, bajo nivel de operaciones, pocas personas en el muro”, y a pesar de ello la Bahía luce igual de sucia y contaminada, según evidencian las cinco fotos con las que acompañó su reflexión Marcos Albernal; quien precisa que un pescador de la zona le dijo que “son las industrias cercanas, especialmente la Refinería, y no pasa nada”.
“¿Dónde está la Tarea Vida que tanto proclaman, quién le pone un freno a esto?”, concluyó el internauta, junto a imágenes en las que se ve una gran cantidad de residuos sólidos de todos tipo: palos, botellas de plástico, cabillas, cables, trozos de metal, entre otros; además de gran cantidad de petróleo vertido en el agua.
Mientras a nivel internacional medios de prensa en todo el mundo en los últimos meses han retratado el impacto positivo medioambiental que ha dejado el coronavirus -que en medio de tanta desgracia ha dado un respiro la planeta- no parece haber sido así para la Bahía habanera a juzgar por las imágenes compartidas.
Entre los comentaristas a la publicación, varios manifestaron tristeza ante una situación que es de larga data en la bahía habanera, un mal que suma décadas.
La suciedad de la Bahía de La Habana, un viejo mal
La cuenca tributaria de la bahía de La Habana mide aproximadamente 85 kilómetros y se extiende a lo largo de diez municipios. El 80% de ese territorio está urbanizado y posee una población estimada de 906 mil habitantes.
Más de cien industrias e instalaciones fabriles vierten sus aguas residuales en la bahía de La Habana, que padece una calidad ambiental desfavorable, de acuerdo con estudios realizados entre 2006 y 2019, citados por medios oficiales.
A ello se agregan vertidos de los ríos Luyanó y Martín Pérez, a los cuales tributan en su conjunto más de 45 industrias, siete colectores de aguas residuales urbanas y 26 drenajes pluviales y ramales de alcantarillado de los repartos asentados en sus cuencas. También se depositan allí los desechos del arroyo Tadeo y los drenes Agua Dulce, Matadero y San Nicolás.
Aunque desde 1998 se habría reducido la carga contaminante de la Bahía, su situación continúa siendo muy delicada, y requiere tanto de intervenciones en la infraestructura industrial que la rodea como del propio saneamiento de las aguas y los suelos en torno a ella.
Un artículo publicado en febrero de este año, en el diario oficialista Granma, aludía a un plan de desarrollo llevado a cabo por el Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana (GTE-BH), que abarca unas 4.400 hectáreas. Los especialistas señalan que el proceso debe abarcar soluciones en las márgenes de la bahía y en su cuenca tributaria, así como la instalación de nuevas plantas de tratamiento de residuales y otro manejo de los desechos sólidos que implique el reciclaje, además de mayor cobertura de áreas verdes y la desactivación o reubicación de industrias que vierten en las ensenadas; demasiado complejo para un país con una economía en permanente crisis.
Los expertos aseguran que limpiar la Bahía demoraría años, y para lograrlo hay que activar vías de financiación ya existentes y diseñar nuevas. Las proyecciones van desde atraer capital extranjero y nacional con la ayuda de instrumentos fiscales especiales, hasta crear alianzas con el sector no estatal, incluyendo la cooperación internacional y la creación de una cartera de proyectos de inversión en la zona, siempre que un porcentaje se dedique al saneamiento de la bahía al inicio de cada proyecto.
En octubre de 2019 se anunció que España había donado casi tres millones de dólares para las labores de saneamiento de las agua de la Bahía de La Habana, como parte de un proyecto entre el Grupo de Cooperación Española y el GTE-BH, valorado en ocho millones de euros, que contempla echar a andar varias plantas de tratamiento de aguas residuales que están ya avanzadas, como parte de la iniciativa "Soluciones técnicas al tratamiento de aguas residuales industriales en la Bahía de La Habana".
Desde hace varios años, buzos cubanos agrupados en el proyecto Mar Limpio se reúnen de forma sistemática para sanear distintas áreas del litoral. El ciclo de limpieza consiste en extraer toda la basura que encuentran en el mar, llevarla a la orilla, clasificarla y depositarla en los camiones de Comunales.
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