Funcionarios del gobierno norteamericano anunciaron esta semana una asignación de hasta $ 3 millones en un "programa de desarrollo" destinado a "exponer la explotación" de los trabajadores cubanos, incluidos los empleados de hoteles, trabajadores sexuales y otros que forman parte de la industria hotelera y turística del país.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) otorgará hasta tres subvenciones por un valor de entre $ 500,000 a $ 1.5 millones cada una para un programa de tres años. La fecha límite para presentar las solicitudes es el próximo 2 de septiembre.
La agencia gubernamental ofrece las subvenciones como parte de una expansión de su apoyo a las “organizaciones no gubernamentales (ONG), redes legales y organizaciones de periodistas que examinan a fondo la injusta explotación de los trabajadores cubanos, incluidos los trabajadores sexuales, y las realidades en las que viven".
Aunque USAID normalmente exige que los beneficiarios de sus fondos para el desarrollo muestren la marca de la agencia, en el caso cubano las autoridades renuncian a ese requisito para garantizar que los trabajadores del programa operen sin ser detectados.
Las leyes cubanas prohíben los programas de USAID en la isla y los consideran una interferencia de EE.UU. en los asuntos internos del país.
Según la descripción del programa de USAID colgada en su página de Internet, "la dictadura cubana se ha mantenido en parte reprimiendo la disidencia interna y controlando estrictamente todos los aspectos de la vida política, económica y social de la isla. Como parte del control económico y social en Cuba, los ciudadanos que trabajan en industrias como la hostelería, el turismo y la atención médica continúan recibiendo salarios injustos, mientras que el régimen se beneficia de ingresos que reflejan las tasas del mercado (o más). Si bien el régimen obtiene grandes ganancias de las compras de los turistas extranjeros en hoteles de cinco estrellas, resorts de playa, los llamados "tours de nostalgia" y paquetes de cirugía estética, los trabajadores cubanos que apoyan estos lucrativos negocios, la mayoría de los cuales son propiedad de militares cubanos elite- vive con unos pocos dólares al día. Estos trabajadores luchan por mantener a sus familias y carecen de acceso a las necesidades básicas, como agua, electricidad, vivienda, alimentos y medicinas".
"Para 2020 --explica el proyecto-- USAID ampliará su apoyo a organizaciones no gubernamentales (ONG), redes legales y organizaciones de periodistas que examinan más a fondo la explotación injusta de los trabajadores cubanos, incluidos los trabajadores sexuales, y las realidades en las que viven. USAID está especialmente interesada en apoyar la investigación y la presentación de informes relacionados con los sectores del turismo y la hostelería, ya que los informes anteriores sobre derechos humanos y la sociedad civil han señalado históricamente que estas industrias son extremadamente explotadoras".
"Una de las mayores fuentes de ingresos del régimen cubano proviene de las industrias del turismo y la hostelería. La élite política, principalmente a través del Grupo de Empresas Comerciales de las Fuerzas Armadas (GAESA), controla casi el 60 por ciento de la economía cubana, incluidas las grandes cadenas hoteleras, las empresas de alquiler de automóviles y otras empresas relacionadas con el turismo. Cualquier empresa extranjera interesada en abrir un hotel en Cuba se ve obligada a negociar directamente con el régimen, y el régimen controla todos los aspectos de las operaciones comerciales, incluida la contratación y el pago a los trabajadores cubanos. A los trabajadores cubanos de la industria del turismo se les paga solo una fracción de lo que el régimen recibe de estos inversionistas extranjeros, meras centavos por dólar de lo que reciben los trabajadores del turismo y la hostelería en otros países. Si bien la explotación sexual es un problema separado y muy serio que merece la atención mundial, hay un aspecto del "turismo sexual" en Cuba que está más vinculado a la industria del turismo en general que en otros países", prosigue la descripción del proyecto.
El programa también alienta a los solicitantes a presentar ideas innovadoras que no sean una duplicación de las actividades actualmente financiadas por el gobierno de los EE. UU. (USG), ya que USAID busca expandir la red de grupos que reciben asistencia.
En junio del 2018 el presidenteTrump firmó un proyecto de presupuesto de 20 millones de dólares "para promover la democracia y los derechos humanos en Cuba", fondos que se canalizan principalmente a través del Departamento de Estado y programas de la USAID.
Seis meses después, el cubanoamericano John Barsa fue designado por el presidente estadounidense para ocupar el cargo de Administrador Asistente de la USAID.
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