El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo que los estadounidenses tendrán que aprender a hablar chino si él perdiera las próximas elecciones, a celebrarse en noviembre de este año.
Trump criticó a su contendiente demócrata para los comicios, el exvicepresidente Joe Biden, asegurando que mostraba debilidad ante la nación asiática. “Si no gano las elecciones, China será dueña de Estados Unidos. Vas a tener que aprender a hablar chino”, declaró durante una entrevista.
El mandatario expuso que su relación con el presidente chino, Xi Jinping, se ha tornado agria, y ha insistido en culpar a esa administración por no contener la propagación del coronavirus y ocultar información sobre la enfermedad en sus primeras etapas.
“Tuve una muy buena relación con el presidente Xi. Incluso diría mejor que bien. Diría que tuvimos una gran relación. Es un gran caballero. Pero mi relación ya no es muy buena con él por lo que hicieron con el Virus de China”, sostuvo Trump.
En marzo, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo afirmó que existía una importante cantidad de pruebas de que la pandemia del coronavirus fue originada en un laboratorio en Wuhan, China, ciudad donde se desencadenó el brote, pero no ofreció pormenores.
Por otro lado, el ex Consejero de Seguridad Nacional John Bolton escribió en un libro que Trump pareció estar de acuerdo con los campos de detención construidos por el gobierno chino para el grupo étnico uigur en el oeste de China, durante una cena en el G20 el año pasado.
“¿Quién diría algo así? Él lo inventó. Él inventó todo”, dijo Trump. “John Bolton es una persona enferma. Y no es una persona inteligente”, añadió, de acuerdo con un reporte de CNN.
“Con solo intérpretes presentes, Xi le había explicado a Trump por qué básicamente estaba construyendo campos de concentración en Xinjiang. Según nuestro intérprete, Trump dijo que Xi debería seguir adelante con la construcción de los campos, lo que Trump pensó que era exactamente lo correcto”, escribió Bolton.
Los informes del Departamento de Estado de EE. UU. estiman que más de un millón de uigures, kazajos étnicos, kirguís y miembros de otros grupos minoritarios musulmanes han sido detenidos por el gobierno chino en campos de internamiento, donde son “sometidos a torturas, tratos crueles e inhumanos como y abuso sexual, trabajo forzoso y muerte”.
Pese a que las relaciones entre Estados Unidos y China cayeron a mínimos históricos, el propio Trump se ha negado a hablar enérgicamente sobre el tema de los abusos contra los derechos humanos.
A principios de este mes, Trump había dicho que se abstuvo de imponer sanciones a China porque estaba negociando un acuerdo comercial. No obstante, han trascendido medidas como la prohibición de la plataforma TikTok, que es propiedad de una empresa china, de Estados Unidos.
La administración Trump ha emprendido entre sus acciones el cierre de un consulado chino en Houston, y el trabajo para persuadir a los aliados de que no permitan que el gigante móvil chino Huawei acceda a sus redes 5G.
Recientemente, la campaña de Trump también atacó al oponente demócrata Joe Biden, diciendo que su alianza con la senadora por California Kamala Harris, representaba la izquierda radical en Estados Unidos.
“Joe Biden no es moderado, y con Harris como su 'testamento político vital', está entregando el control de nuestra nación a la mafia radical con promesas de aumentar los impuestos, recortar los fondos policiales, acabar con los empleos energéticos, abrir nuestras fronteras y apaciguar a los dictadores socialistas”, dijo la asesora principal de la campaña de Trump, Katrina Pierson.
“En las urnas, los estadounidenses rechazarán rotundamente los abismales fracasos de Biden-Harris a favor de la fuerza de America First del presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence”, concluyó.
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