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Un reporte de la prensa oficialista en Ciego de Ávila reconoció que muchas personas en esa provincia aun no veían solucionados sus problemas constructivos de viviendas debido a problemas con el salario en el sector y trabas burocráticas.
De acuerdo con el periódico Invasor, dichos obstáculos, entre otros como la falta de gestión, son “actitudes cómodas que no explotan el esfuerzo propio como una de las vías para levantar una casa”.
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La construcción de viviendas en Ciego de Ávila ronda el 64 por ciento de terminación de las obras. Ernesto Herrera Pérez, subdirector técnico de la Vivienda en la provincia, afirma que, de las 1 258 construcciones previstas a concluir en este 2020, 805 están terminadas y el resto permanece en ejecución o sin iniciar.
El artículo explica que los números además “no se traducen necesariamente en cumplimiento cercano, pues hay estructuras que pasan de un año a otro con la categoría de iniciada, y eso puede ser solo una zapata fundida”.
Herrera asegura que la falta de fuerza de trabajo y de recursos atentan contra la marcha del proceso y las dos causas principales del atraso no parecen tener solución a corto plazo: de un lado la tensa situación financiera del país, agravada por la pandemia del coronavirus; del otro, un sector que ya en el 2018 registraba indicadores críticos y contrataba solo a un trabajador por cada 22 que permanecían activos en el resto de las esferas de la economía local.
El contexto de la vivienda en el territorio aparece agravado por los 4 231 derrumbes totales que provocó el huracán Irma en 2017, de los cuales poco más de la mitad, el 50,2 por ciento, está saldado a pesar de haber transcurrido ya tres años de las afectaciones por el fenómeno meteorológico.
De acuerdo con datos oficiales, en 2017 Ciego de Ávila la quinta provincia que menos inmuebles construía, una condición que volvió a ostentar 2 años más tarde, mientras se estima que al cierre de 2020 los números varíen poco ya que el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, informó en junio de un plan nacional de 41 114 viviendas, y el programa del territorio avileño representa apenas el tres por ciento de ese total.
En 2019, a dos años del huracán Irma, más de 2800 familias avileñas seguían sin recuperar sus casas. Un reportaje entonces indicaba que, en los municipios más afectados –Chambas, Morón, Bolivia y la cabecera provincial Ciego de Ávila–, se presentan las mayores demoras porque eran construcciones que debían levantarse desde los cimientos.
La administración de Díaz-Canel y Raúl Castro ha insistido en la urgencia de dar respuesta a las necesidades de vivienda en la Isla, y trabajar para lograrlo en un plazo de al menos 10 años, sin embargo, el objetivo sigue pendiente y aparentemente lejos de cumplirse.
Cuba tiene un déficit de 929 mil 695 viviendas. Holguín es una de las provincias más afectadas en este sentido, con una necesidad de 115 mil 965 casas para cubrir la demanda.
La carta magna de Cuba, aprobada por el régimen de La Habana en 2019, señala que el Estado debe garantizar a todas las personas “una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable”.
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