Científicos rusos aseguraron este viernes que la respuesta inmune que han presentado los voluntarios a quienes se les aplicó la vacuna Sputnik V "es suficiente para contrarrestar cualquier concentración imaginable de COVID-19".
El director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, Alexánder Guíntsburg, mostró su respaldo al fármaco creado en esa institución, y afirmó que este puede combatir cualquier carga viral, según información del portal noticioso RT Actualidad.
Explicó al respecto que la vacuna fue creada de forma artificial sin ningún elemento del coronavirus en su composición, se encuentra en forma liofilizada y su presentación es en polvo, para preparar una disolución administrada por vía intramuscular.
Algunas personas vacunadas —dijo— presentaron reacciones durante las primeras horas después de la inyección, como un ligero aumento de la temperatura y dolores de cabeza, que desaparecieron por sí solas durante el día.
Todos desarrollaron inmunidad contra el COVID-19, afirmaron los científicos.
Rusia comenzó los ensayos clínicos el 18 de junio, pero la tercera fase de estos iniciaron el miércoles de la semana pasada.
El 11 de agosto la vacuna fue registrada en el país, y el 25 de agosto se supo que el centro Gamaleya recibió la aprobación para realizar las pruebas posteriores al registro en 40 000 personas.
Este viernes la revista médica The Lancet también publicó que Sputnik V produjo una respuesta de anticuerpos en todos los participantes de las primeras etapas de los ensayos clínicos, lo cual fue festejado por Moscú como respuesta certera a las voces que han alertado sobre la seguridad del fármaco.
Las alertas en la comunidad internacional saltaron luego de que el gobierno del Kremlin comenzara a promover la aplicación del producto antes de terminar las pruebas para asegurar su efectividad.
La comunidad internacional y varios sectores en Rusia están muy preocupados por la prisa que muestran las autoridades en promover su supuesto logro, incluso antes de terminar los protocolo de prueba y obtener la aprobación de la OMS.
A inicios de agosto, sin que se completaran las fases de verificación de la vacuna, el gobierno dijo que la primera tanda de la vacuna contra el COVID-19 estaría lista dentro de dos semanas para inmunizar al personal sanitario y calificó de "infundadas" las advertencias de seguridad y dudas de expertos en salud sobre la rápida aprobación del medicamento.
Se supo que, además de los médicos, los profesores también estarían entre los primeros a los que se les ofrecerá la vacuna de forma voluntaria.
Sin embargo, la mayoría de los médicos del país dijo que no se sentían cómodos con servir de conejillos de indias para inyectarse el primer lote de la nueva vacuna, ante la ausencia de datos suficientes y su aprobación súper acelerada.
Trascendió asimismo que sindicatos de profesores independientes rusos se oponían a que la Sputnik V fuese mandatoria y dijeron que temen que el Gobierno los obligara a vacunarse para comenzar el curso escolar en septiembre.
La vacuna se llama Sputnik-V en homenaje al primer satélite del mundo, lanzado por la Unión Soviética en 1957. De acuerdo con el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RFPI), más de 40 países han expresado su interés en obtener la inmunización.
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