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Operativo policial a un ganadero en Cuba por no someterse a los caprichos de García Frías

Familia de ganaderos cubanos sufre el acoso y atropello de las autoridades por no plegarse a los caprichos del Comandante García Frías.

El comandante García Frías y Rolando González con el caballo Chequera ©

Este artículo es de hace 3 años

Sucedió en el pueblo de Jicotea, en el municipio de Ranchuelo, provincia de Villa Clara. La familia González, ganaderos por varias generaciones, fue víctima de un desmedido acoso policial a causa de su negativa a someterse a los caprichos de Guillermo García Frías, según denuncia Elda González, hermana de uno de los afectados.

La historia comienza en octubre del año pasado cuando Romelio González (64 años) fue sorprendido por un aparatoso operativo de la policía en la finca que posee su familia desde que la adquiriera antes del año 1959. En dicho operativo le fueron confiscados varias propiedades y sus animales.

Romelio, como su padre, se dedica a la cría de ganado y de caballos. Pero no es un ganadero común, es uno de los mejores criadores de caballos del país. Su hijo Rolando también ha heredado esa pasión y la misma destreza para la faena. El abuelo, Romelio González Acebedo fue la persona que compró todo el ganado para el Plan Niña Bonita y el Plan Especial Escambray. Chiche, como le conocían, transmitió todo su amor y saber a su familia.

Pues bien, toda esta tradición familiar se vino abajo el 7 de octubre del año pasado cuando los González colisionaron con los deseos de García Frías, campesino pobre que se unió al Ejército Rebelde, y cabeza de uno de los negocios más lucrativos de la Cuba turística: las peleas de gallos y las carreras de caballos.

El motivo: Chequera, el caballo campeón en las carreras de caballo que se organizan en Cuba bajo el paraguas de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF).

La familia González es ampliamente conocida en este mundo de las exhibiciones y carreras de caballos. Chequera, el campeón, se suma a la lista de otros ejemplares suyos como que también han sido grandes campeones.

Romelio y Rolando González, padre e hijo, viven para atender a sus magníficas bestias y les prodigan los mejores cuidados. Para Chequera habían construido un establo especial, justo detrás de la casa familiar, y lo mimaban como si fuera un hijo. Pero la pasión de la familia González iba a convertirse en su peor pesadilla.

Todo cambió el día que García Frías envió a un miembro de su clan familiar con una orden para los González: que les dejasen llevar su caballo para Artemisa, para utilizarlo como semental. Ellos no se opusieron frontalmente, solo pidieron que para esa función dejaran a Chequera en su lugar y trajesen ellos las yeguas para que fuesen montadas. Una forma de proteger al animal y de mantenerlo bajo su escrupuloso cuidado.

La condición de los González fue tomada como un desafío al omnipotente Comandante y fue entonces que sobrevino la desgracia.

A las cinco de la mañana del día en cuestión, el pueblo de Jicotea amaneció con un despliegue policial jamás visto, con furgones de la policía, ambulancias, montones de uniformados y una rastra en la que se llevaron a Chequera y otros cinco caballos de la familia, incluido el que utilizaban para tirar de un carretón.

No satisfechos con semejante atropello, la policía efectuó un minucioso registro por toda la finca, surco por surco, y en el interior de las viviendas. A la familia González les fueron incautadas la propiedad de las fincas y de las motos, una computadora y varios teléfonos, y 2000 dólares que les habían enviado de los Estados Unidos para la reparación del tejado de la casa.

El delito que se les endilgó: juego ilícito. Una cruel ironía que el mayor propietario de vallas de peleas de gallos y pistas de carreras de caballos acusase –a través de su poder e influencia en los aparatos represores del régimen- a una honesta familia de ganaderos de juego ilícito. El que conoce este mundo de apuestas en Cuba, sabe perfectamente quién está detrás de todo.

En el mundo rural cubano y entre la élite del régimen es ampliamente conocida la afición por los caballos y las peleas de gallo del también condecorado como Héroe de la República de Cuba. Es un secreto a voces, teniendo en cuenta que ambas actividades son alegales y nadie, salvo un Héroe como Guillermo, puede dedicarse a ellas.

Las carreras de caballo en Cuba están protegidas por la policía. Se dice que las pistas –que no son gratis- son del Estado, pero se sabe que el creador de todas esas infraestructuras es Guillermo García Frías, quien además maneja los réditos que producen todas las actividades asociadas.

El actual director de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, el Comandante García Frías, gestiona junto a sus hijos y nietos el Grupo Empresarial Flora y Fauna, un conglomerado de empresas dedicadas a la conservación de áreas protegidas en Cuba.

Según recoge EcuRed, la empresa que dirige García Frías destaca en “las ventas en el mercado internacional de peces tropicales y en la cría de caballos de salto que posteriormente subasta en evento preparados por la ENPFF, de conjunto con VDL-Stud de Holanda y la agencia de viajes Ecotur S.A.”.

A los eventos organizados por el que fuera General y Jefe del Ejército Occidental, asisten criadores y amantes de los caballos de todo el mundo. Su empresa se muestra orgullosa del “desarrollo del fondo genético equino en el país” y de los “ranchos [con que cuenta] dedicados a la cría de caballos de diferentes razas, tanto para deporte, faena o tratamientos médicos”.

La ENPFF administra 80 áreas protegidas distribuidas en todo el país, ocupando una extensa superficie del territorio nacional que cuenta con valiosos recursos naturales y paisajísticos, los cuales administra la familia García Frías de manera arbitraria y opaca, como corresponde a un patriarca de la nomenclatura insular.

Según la Oficina Nacional de Estadística e Información, el 95 % del ganado équido del país se encuentra en manos no estatales. Pero de esa cantidad no sabemos qué por ciento se encuentra en manos del visionario Guillermo, promotor de la ingesta de avestruces.

A pesar de su intensa y extensa actividad empresarial -que incluye servicios de turismo, exportación de carbón, centros de investigación animal-, la empresa del que fuera Ministro de Transporte y Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, no tiene página web. Es una de las tantas empresas opacas en manos de la dictadura castrista.

El Comandante García Frías todavía retiene a Chequera y los otros caballos de los González en sus instalaciones de Artemisa. Allí están mal cuidados, según ellos mismos pudieron comprobar en un viaje que hicieron a La Habana para reclamar en todas las instancias posibles, desde el Tribunal Supremo hasta la ANAP o Control Pecuario. En todas ellas les fueron reconocidas sus virtudes como ganaderos… pero hay temas que están más allá de la justicia en Cuba.

Las propiedades y bienes decomisados les fueron devueltos, salvo los 2000 dólares. Romelio González y el jinete de Chequera fueron exonerados del delito de juego ilícito, pero su hijo Rolando sigue procesado, a pesar de que los plazos de instrucción ya vencieron. No importa, tratándose de un Comandante de la Revolución, esos plazos se aplazan.

Mientras tanto, Chequera y las otras bestias de la familia languidecen víctimas del maltrato animal que les inflige el “cuidado” de una empresa manejada por la familia García Frías. El dolor de los González por la situación de sus animales es mayor que el que les provoca haber sido agraviados por semejante injusticia.

Fe de errores: esta nota atribuía la propiedad de dos caballos Tekila y La Muñeca a la familia González, un error advertido por un lector y que hemos corregido.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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