Su cercanía al presidente norteamericano Donald Trump se ha convertido en la causa de una alarma sanitaria, que incluso propicia dudas sobre las próximas elecciones del 3 de noviembre.
Hope Hicks, cuya meteórica carrera en la Casa Blanca es tema habitual en los corrillos políticos de Washington, parece haber sido la persona que contagió de coronavirus a la pareja presidencial.
A su 31 años, la glamurosa ex modelo y asesora es una de las pocas personas con acceso directo y sin restricciones al mandatario estadounidense, merecedora de su simpatía y la de su influyente hija Ivanka. Hasta fue con ambos a Roma en 2017 en un reducido séquito para ver al Papa.
Hicks suele estar siempre junto a Trump y lo acompaña en todos sus actos de campaña. También estuvo con él --sin mascarilla-- en el debate electoral en Ohio el pasado martes y en el mitin del día siguiente en Minnesota. En el vuelo de vuelta en el avión Air Force One, comenzó a mostrar los primeros síntomas del virus. Fue aislada, el jueves se le hizo la prueba y dio positivo.
"Hope Hicks, que ha estado trabajando muy duro sin siquiera tomarse un pequeño descanso, acaba de dar positivo en covid-19. ¡Terrible! La primera dama y yo estamos esperando los resultados de nuestras pruebas. Mientras tanto, ¡comenzaremos nuestro proceso de cuarentena!", tuiteó el mandatario, horas antes de dar también positivo.
Hicks, nacida en Connecticut, se licenció en Literatura Inglesa por la universidad Southern Methodist de Dallas en 2010. Llegó al círculo de empleados de Trump por medio de su hija Ivanka, para quien comenzó a trabajar en 2012 como publicista, en su empresa de ropa femenina. Antes había sido modelo para grandes marcas como Ralph Lauren.
Otros comentaristas recuerdan que en la universidad fue campeona de lacrosse, un deporte muy popular entre los escolares norteamericanos, y que su verdadera carrera comenzó de manera más casual en 2011, cuando en un evento de la Superbowl, conoció a un colega que la pondría en contacto con Harvey Weinstein, el magnate acusado de acoso sexual, quien a su vez la introdujo en la Organización Trump, en el 2014.
De cualquier modo, la hermosa asesora no era ninguna advenediza en el mundo de las relaciones públicas de élite. Su padre, Paul B. Hicks III, fue vicepresidente ejecutivo de comunicaciones de la NFL y CEO regional para las Américas de Ogilvy Public Relations. Su difunto abuelo, también Paul Hicks, fue vicepresidente y gerente general de relaciones públicas de Texaco. Otros de sus parientes también ocuparon puestos políticos en diversas administraciones.
Cuando Trump anunció su candidatura a la presidencia, decidió ficharla en su equipo de comunicación. Fue secretaria de prensa y directora de comunicaciones para la campaña presidencial del 2016.
Al ganar las presidenciales y tras la dimisión de sus tres primeros directores de comunicación, Michael Dubke, Sean Spicer y Scaramucci, Trump confió en ella para ocupar uno de los puestos más importantes de su administración. Lo importante, como dejó claro el nombramiento, no era su experiencia sino su lealtad incondicional.
Sin embargo, Hiks no duraría mucho en su complicado puesto. Renunciaría ante la presión tras reconocer sus “mentiras blancas” para proteger a su jefe a mantenerse en el Despacho Oval, durante el escándalo de la llamada "trama rusa".
Los demócratas la arrastraron el 27 de febrero de 2018 a una comisión del Capitolio pero Hicks se negó a darle la espalda a su jefe y dijo que si había mentido alguna vez por él fue con "mentiras inocentes", intrascendentes, como sobre si estaba ocupado en una reunión o podía atender el teléfono en ese mismo momento. Decidió no continuar en el puesto.
Su fidelidad fue reconocida por Trump al aceptar su renuncia: “Hope es sobresaliente y ha hecho un gran trabajo durante los últimos tres años. Es muy inteligente y considerada, así como una gran persona. Extrañaré tenerla a mi lado, pero cuando me consultó para buscar otras oportunidades, lo entendí totalmente”, dijo el presidente Trump en un comunicado facilitado por la Casa Blanca. “Estoy seguro de que trabajaremos juntos de nuevo en el futuro”, profetizó.
Su despedida, con beso incluido, dio lugar a comentarios y memes de todo tipo en las redes sociales
El presidente también recomendó a su protegida a Rupert Murdoch quién la nombró, en octubre de 2018, vicepresidenta ejecutiva y directora de comunicación de New Fox, resultado de la venta de su división 21st Century Fox Inc. a Disney.
Poco después, Trump volvió a rescatarla para la campaña por la reelección.
Ahora Hicks ha regresado a la primera plana de todos los periódicos, aunque por otras razones.
A sólo un mes de las elecciones presidenciales, el contagio de Trump llena de incógnitas la carrera electoral en un país donde la pandemia de coronavirus se ha cobrado ya más de 200 mil muertos.
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