Un mes después, la Policía de Cuba sigue sin dar con los asesinos de Jorge Luis Argudín

Ni rastro de los cuatro sospechosos que iban en la máquina americana gris con ribetes negros a la que se subió el fallecido el 27 de agosto pasado, la última vez que se le vio con vida.

Jorge Luis Argudín, asesinado el 28 de agosto en Cabañas. © CiberCuba
Jorge Luis Argudín, asesinado el 28 de agosto en Cabañas. Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

Un mes después de que el cadáver Jorge Luis Argudín fuera encontrado apuñalado y degollado en el mirador de Cabañas, un pequeño pueblo del municipio de Mariel, la familia del fallecido no tiene noticias de que la Policía cubana haya detenido a los cuatro sospechosos de asesinarlo para quitarle las prendas y el dinero que llevaba encima.

"Hasta ahora no dicen nada y estoy que no duermo con esto. Mi familia está sufriendo mucho", comenta a CiberCuba un allegado del fallecido que prefiere no ser identificado.


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Jorge Luis Argudín, de 56 años, llevaba días sin salir de su casa por el confinamiento decretado por las autoridades cubanas debido a la evolución negativa de los casos de coronavirus en la Isla. Pero el jueves 27 de agosto, como de costumbre, se dirigió al parque de Cabañas, donde siempre se le podía encontrar dedicado a su negocio: el cambio de dólares.

Sobre las 6:00 pm varios testigos lo vieron subirse a un Plymouth gris con ribetes negros cuyos ocupantes decían que iban a Orozco, donde vivía la novia de Argudín. El 28 de agosto la familia denunció la desaparición y comenzaron a organizar batidas buscándolo por Orozco, San Pedro y La Herradura.

El cuerpo fue encontrado el 31 de agosto por un vecino del pueblo al que todos toman por loco. El cuerpo estaba en una zona de monte atravesada por la carretera que va de Cabañas a Artemisa, justo en la Loma de la Gobernadora. Ese mismo día recibió sepultura.

Desde entonces y hasta el día de hoy, ni rastro de los cuatro sospechosos. Dos hombres altos y fuertes, uno de piel negra y otro de piel blanca. Los otros dos eran el chofer del Plymouth, descrito como una persona mayor, y un cuarto, de apariencia joven, muy delgado, "con el pelo de pinchos".

"El único sostén de Cabañas"

Jorge Luis Argudín era un hombre muy querido en Cabañas. "Era el único sostén de un pueblo sin vida y mucha necesidad ya que es casi una zona rural", comenta un amigo de la víctima a CiberCuba.

Ese es el motivo, añade otro amigo de Argudín, por el que "casi todo el pueblo" estaba en el entierro.

"Era hijo, padre, hermano, abuelo y amigo", añade otra persona cercana al fallecido que recalca: "El difunto tenía dos hermanos, hija, nieto, madre, primos, sobrinos y lo más grande, miles de amigos".

"A la hora de un negocio sabes que no hay nada que regalar, pero a la hora de una emergencia ya sea médica o de necesidad personal nunca dijo que no. Por esta razón es que muchas personas del pueblo han sufrido su pérdida. No mataron a un hombre: mataron la vida y la esperanza del pueblo de Cabañas", añadió.

Según la información que este amigo cercano a Jorge Luis Argudín maneja, la víctima se fue al parque de Cabañas en una moto y sobre las 4:00 pm (la familia habla de las 6:00 pm) se montó en la máquina gris con tres hombres "de color".

Varios conocidos coinciden en señalar a este diario que Jorge Luis Argudín no se subía con cualquiera en un carro porque siempre llevaba muchísimo dinero encima. "Si subió a esa máquina es porque conocía a alguno de los que iban ahí", razonan.

"Lo asesinaron para quitarle las prendas y el dinero porque si alguien tenía mucho que exhibir, ése era él. Siempre llevaba muchas prendas costosas y lo más importante exageradas cantidades de dinero, lo que llevó a la envidia y preparación predeterminada de su cobarde asesinato", insiste en declaraciones a CiberCuba.

"Era un hombre que se dedicó al cambio de monedas y al préstamo. Eso es algo ilegal en Cuba, pero era su trabajo, el cual le hizo vivir una vida llena de lujos, que son muy difíciles de conseguir en este país. Él era un hombre que a pesar de su sociabilidad con las personas, nunca tuvo problemas de un grado tan alto que le hubiera creado un enemigo, pues su carácter era muy sociable", apunta.

"Era el Padre de los milagros y soluciones en el pueblo de Cabañas ya que siempre estaba presente sin escatimar nunca a la hora de prestar su apoyo".

Su misa, celebrada el 4 de septiembre, fue seguida por muchos a través de Facebook.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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