El opositor cubano Lidier Hernández Sotolongo, quien regresó a Uruguay después de 8 meses de estar "regulado" por las autoridades migratorias de la isla, comentó a CiberCuba lo que más le duele es no poder regresar nunca más y despedirse para siempre de muchos familiares y amigos.
"Mis padres pueden venir a Uruguay, pero yo tengo más familia y me duele que no pueda volver a verlos", comentó vía telefónica luego que llegara a Montevideo en un vuelo procedente de La Habana
El cubano se refiere a su abuela, con más de 80 años, y a dos tías muy cercanas que tienen 70 años y que residen en Cienfuegos, donde estuvo todo este tiempo pidiendo al mundo que alzara su voz en contra de la injusticia que se cometía contra él.
"Son personas que desgraciadamente están cada vez más cerca de terminar su vida y uno piensa que no los va a ver más y en el momento que fui despegando de Cuba, cuando el avión se iba alejando de la tierra, empecé a pensar en eso y no fue fácil", confesó.
Desde el punto de vista profesional, Hernández Sotolongo reconoció que es difícil para el saber que por culpa del Gobierno cubano perdió el trabajo que tenía en la empresa IBM y donde trabajó durante tres años, pero "hay que darle pa´lante, como se dice".
La experiencia vivida le dejó como enseñanza que la dictadura cubana sí tiene los ojos puestos sobre aquellos que son opositores, algo que muchas veces incluso él pensó que no era cierto.
"Yo pensaba que no era nada para ellos, a pesar de que el pasado año me interrogaron. No pensé que podían llegar a tenerme encerrado en Cuba bajo amenaza", dijo a este medio.
Durante cuatro meses no cedió a la amenaza porque le asistía el derecho, sin embargo el Estado comunista de Cuba lo mantuvo impedido de regresar con los suyos.
Contó Hernández Sotolongo que en junio el Ministerio del Interior le notificó que ya no tenía la prohibición de salida y que podía irse. Entonces decidió bajar un poco el perfil mediático desde Cuba porque reconoce que fue el Estado quien cedió a la presión internacional y se mantuvo inactivo durante los últimos meses.
"No fue sencillo, porque estuve desde junio hasta octubre tratando de no publicar, de no decir nada", comentó.
Sin embargo, utilizaba otras cuentas como la de Somos + Uruguay, grupo opositor del cual es miembro, para hacer denuncias y dar a conocer las injusticias que se cometían con su caso y el de otros cubanos.
Lidier Hernández Sotolongo contó con el apoyo del grupo de cubanos que vive en Uruguay, quienes convocaron a varios encuentros para exigirle al gobierno de la isla que lo dejara regresar y que no lo reprimiera de esa manera tan inhumana.
El Gobierno comunista le impidió abordar vuelos humanitarios, en los cuales tenía pase a bordo, pero como estaba "regulado" la Aduana le impedía acceder a la terminal de última espera en el aeropuerto.
Uno de los gestos que más presión supuso para las autoridades cubanas fue que el canciller de Uruguay, Ernesto Talvi, manifestara "su preocupación" al Gobierno de la isla por lo que hacía contra Hernández Sotolongo.
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