La Empresa Eléctrica en La Habana está cortando el servicio a unas 3 200 familias cada día, como forma de presionarlas para que paguen las cuentas que tienen pendientes.
Según directivos de la entidad, se trata de clientes que adeudan elevadas sumas y, a pesar de ello, siguen derrochando y se niegan a abonar lo que deben. Solo al privarlos de la electricidad, acceden a pagar.
Leysi Hernández, directora comercial de la entidad, explicó al semanario oficial Tribuna de La Habana que la empresa acumula dos millones de pesos en pérdidas por concepto de recaudación, lo cual compromete sus operaciones debido a la falta de liquidez.
La ciudad solo ha recaudado el 52 por ciento de lo que debía haber ingresado hasta septiembre. Los atrasos empezaron cuando las autoridades del sector anunciaron facilidades de pago durante el año fiscal, dado que el territorio estaba en la llamada fase de trasmisión autóctona de la epidemia.
“Automáticamente, numerosas personas dejaron de efectuarlos y por consiguiente, hoy la recaudación de la empresa está afectada. Para revertirlo, desde el 15 de octubre, con el tránsito de la ciudad a la nueva normalidad, se intensificaron las campañas de pago e incluso el corte eléctrico a quienes no asumen este deber”, señaló Hernández.
“Dar facilidades no significó que haya quienes deban seis meses con cuentas de altísimos montos. La mayoría son propietarios de negocios que han seguido funcionando, o personas con elevado estándar de vida”, aseguró.
La funcionaria precisó que las miles de casas a las que se les ha retirado el servicio representan solo el 1 por ciento de las deudas pendientes.
En su opinión, estos clientes pensaron que les iban a condonar las deudas y esa falsa percepción tuvo su consecuencia. De un mes a otro hubo familias cuyo consumo creció de 400 pesos a 1 000 pesos o más.
Entre los deudores hizo mención a los cuentapropistas, sobre los cuales afirmó que muchos -sin precisar una cifra- “han mantenido su nivel de actividad y no han pagado a pesar de seguir usando la electricidad como una materia prima para sus servicios, por ello no hay razón para no estar al día”.
En cuanto a las personas que han cometido fraudes eléctricos, Hernández detalló que han cometido un delito previsto en el código penal, y podrían ser sancionados con 1 a 3 años de prisión, o una multa severa. Hasta el pasado día 29 de octubre, se han aplicado 514 multas.
Para tratar de recuperar los pagos atrasados, la empresa trazó un cronograma para los consumidores del sector residencial con deudas acumuladas por más de 60 días, con el objetivo de cerrar el año sin deudas.
Según dicho plan, en octubre debían saldarse las deudas acumuladas hasta agosto, en noviembre las de septiembre y octubre, y en diciembre las sumas de noviembre y de ese propio mes.
Se darán facilidades para llegar a convenios de pago, pero la facultad de otorgarlos corresponderá a los directivos de las oficinas comerciales.
“Hay que tener sensibilidad para analizarlo de manera puntual. Tenemos deudores con montos bajos que en cuanto se les ha tocado la puerta pagan; sin embargo, los altos consumidores son los que mayormente intentan evadirlo. Muchos se han escudado al decirnos: yo tengo hasta diciembre y no voy a pagar hasta esa fecha”, concluyó Hernández.
En medio de la crisis sanitaria causada por el coronavirus, cuando aún La Habana sigue reportando nuevos casos de COVID-19, el gobierno de la ciudad decidió que todas las facturas tienen que pagarse antes de concluir el año.
Las autoridades alegan que la decisión está en consonancia con la entrada de la provincia a la tercera fase de la recuperación, debido a que antes las oficinas comerciales estaban cerradas.
Hasta inicios de octubre, la Empresa Eléctrica de La Habana arrastraba pérdidas de más de 85 millones de pesos provenientes de los usuarios que no han pagado su factura de electricidad desde marzo.
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