El escritor y periodista cubano Carlos Manuel Álvarez fue secuestrado este lunes con violencia por la Seguridad del Estado, después de haber sido sometido a un interrogatorio en la estación de policía de 7ma y 62, en el municipio habanero de Playa.
Álvarez fue montado en un auto en contra de su voluntad y llevado a la fuerza hasta Cárdenas, ciudad ubicada a unos 140 km de la capital, en la provincia de Matanzas.
En una parte del trayecto, logró fugarse de manos de sus secuestradores y corrió a través de un monte, donde fue perseguido y maltratado por los agentes, que eran "personas no identificadas y vestidas de civil", como explicó en una directa en CiberCuba.
El periodista, director de la revista El Estornudo, mostró en vivo las heridas que le causaron los agentes en uno de sus brazos, y expresó que este acto es la "formalización absoluta de la cárcel en el territorio nacional. No he dejado de estar preso desde que llegué a Cuba".
La Seguridad del Estado sometió a un interrogatorio de dos horas al reconocido periodista acerca de la salida festiva que en la noche del sábado había realizado con amigos artistas, algunos de los participantes de la noche del 27N y miembros del Movimiento San Isidro.
“Al parecer, realizar cualquier actividad civil en mi país constituye un delito”, advirtió Carlos Manuel. En la estación le levantaron un acta de acusación por un delito indefinido, por el único motivo de haber salido a celebrar con sus amigos.
Tras el interrogatorio, fue montado en un auto y llevado en contra de su voluntad hasta la casa de su familia en Cárdenas, “violando los principios constitucionales de este país, violando mis libertades individuales, violando mi libertad de movimiento”, denunció.
El escritor dijo estar convencido de que él no está preso “formalmente” porque el país atraviesa una profunda crisis económica, lo que obliga al gobierno a mantener cierta fachada de tolerancia para obtener el capital extranjero, aunque su voluntad dictatorial es manifiesta.
Para Álvarez, el gobierno ha intentado traer la cárcel hacia él, dado que es una persona inocente que no ha cometido un delito en ninguna parte del mundo.
El periodista denunció el estado de terror e injusticia que este acto supone, declaró que no aceptará tal vejación y que volvería a La Habana de cualquier manera, “caminando si es necesario”, afirmó.
“No voy a permitir que pisoteen mis derechos. No voy a firmar el acta de mi muerte civil que es a lo que me están obligando las autoridades en este momento”, sostuvo.
El laureado periodista de 31 años arribó a La Habana desde Estados Unidos el pasado noviembre, para unirse a los manifestantes de San Isidro. Desde entonces la Seguridad del Estado lo ha acosado, detenido e interrogado sistemáticamente de modo arbitrario e ilegal.
La citación de la policía política cubana este lunes impidió que Álvarez participara como moderador en el Taller de Periodismo de Investigación online organizado por el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR). El taller estaría a cargo de Óscar Martínez, un célebre periodista salvadoreño fundador de la revista El Faro.
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