El sacerdote cubano y párroco de la iglesia de Madruga, Kenny Fernández Delgado, compartió en sus redes sociales el texto de su homilía pronunciada en la misa de este domingo, en la cual dirigió duras críticas contra el gobierno de la isla por su voluntad de aferrarse al poder a costa del sufrimiento del pueblo.
A este sufrido pueblo también se dirige el padre Fernández en su homilía, invitándole a no ser cómplice de los abusos y arbitrariedades de las autoridades. El tono duro y frontal del mensaje es similar al empleado por otros sacerdotes cubanos, que han hecho públicos sus mensajes críticos con los gobernantes de la isla.
El sacerdote Alberto Reyes publicó este domingo en redes sociales un texto en el que habló de las expectativas de los cubanos para el nuevo año que recién comienza y criticó el rol del gobierno totalitario en la Isla, "un grupo de poder que controla los destinos de mi tierra desde hace 62 años, y un país con un gobierno diseñado para mantener a una élite en el poder".
Por su parte, el sacerdote de la Parroquia San Francisco de Paula, Jorge Luis Pérez Soto, aseguró en octubre pasado que "cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, a quitarse del medio, es un tirano" y que "ningún gobernante está por encima de su pueblo".
"Si un gobernante gobierna mal, será responsable por el mal que le hace a su pueblo, pero el pueblo que lo mantiene en el poder será corresponsable de los pecados de su gobernante", expresó citando al fraile dominico Francisco de Vitoria.
A continuación, reproducimos el texto completo de la homilía pronunciada por el padre Fernández, bajo el título de "Jesucristo-niño Vs. Herodes, el dictador".
Homilía pronunciada el día de Epifanía 3 de enero de 2021. Sobre el texto de Mt 1,1-18.
Hoy la Iglesia celebra el día de la Epifanía, es decir, día de la Manifestación; porque en este día Jesucristo se manifestó como rey, no solo de los judíos, sino a todas las naciones; en aquellos “reyes magos”, o como dice San Mateo: “magos del Oriente”, estábamos también nosotros los cubanos representados, ya que ellos son los primeros no-judíos que adoran a Jesús. Pero ellos no son los más importantes en este relato, como mucha gente cree, sino Aquel a quien ellos fueron a adorar, ¿y a quién fueron a adorar? ¿Al rey Herodes? No. Sino a otro rey, el llamado rey de los judíos que ha nacido.
Al oír hablar de un nuevo rey que ha nacido, Herodes y todo Jerusalén se sobresaltan, dando lugar a una fuerte contraposición de manifestaciones:
- Por un lado la estrella y los magos del Oriente manifiestan al niño-rey: Jesús.
- Por el otro: el rey Herodes, el grande, se manifiesta sobresaltado, y deseoso de asesinar al nuevo rey.
- El niño-rey, es mostrado como luz de las naciones, al ser iluminado por la estrella.
- El rey Herodes se muestra como falso adorador del nuevo rey, y quiere apagar esa nueva Luz, porque prefiere la oscuridad, la maldad.
- Jesús, ¿se manifiesta como un rey político? No, sino como rey espiritual, por encima de todo rey político, porque gobernará eternamente. Pero sus enseñanzas son la mejor base para la construcción de una sociedad justa a los ojos de Dios.
- Herodes, ¿se manifiesta como un rey político? Sí, su liderazgo es terrenal, limitado, y hace mucho tiempo que se acabó, a pesar de sus pretensiones e intentos de eternizarse en el poder. Solo Dios es inmortal, la historia demuestra que ningún gobernante, ningún partido, y ningún sistema socioeconómico es inmortal.
- El niño-rey, manifiesta que ha venido a sembrar paz en todas las naciones, su liderazgo no se funda en el miedo, la mentira, la división, ni el silencio cómplice: sino que vino a manifestar, con su propia vida: el amor, la verdad, la justicia, la libertad de pensamiento, conciencia, y expresión que desea para todos (cf. Art 54 Constitución de la Rep. De Cuba de 2019).
- El rey Herodes manifiesta que es capaz de hacer lo que sea para mantenerse en el poder: miedo, odio, mentira, y toda clase de maldades… incluso matará a un grupo de niños menores de 2 años de edad, en Belén y sus alrededores.
- Dios defiende al niño-rey de muchas maneras. Y nos protege a nosotros. Y nos resucitará, como hizo con su Hijo.
- ¿Y quién defenderá a Herodes, cuando Dios lo llame a su presencia? ¿Acaso lo defenderán aquellos niños que mandó a matar?
- El niño-rey manifiesta que no ha venido para usurpar el trono del rey Herodes, ni su dinastía, sino para que todos los reyes y pueblos se arrepientan de sus malas obras, y se conviertan, y se decidan a amar a Dios por encima de todo, y a amar a todos como Él nos ha amado. El hijo de Dios quiere que los gobernantes busquen el bien común, y no solo el de sus partidarios y amigos. Quiere que cada pueblo se construya con todos y para el bien de todos.
- El rey Herodes manifiesta que quiere eternizarse en el poder, y por eso desequilibra el bien común a favor de su propio bien y el de sus partidarios, y al pueblo le da lo que sobra, si acaso.
Cualquier parecido con la realidad actual que sufrimos, ¿es pura coincidencia? Al que le sirva el sayo, que se lo ponga.
Hoy, en nombre de Jesús, le pedimos a todos los seguidores del rey Herodes, los dictadores y tiranos de hoy. Que se arrepientan, y se conviertan de sus malas obras, porque eso es lo que quiere Dios: que se conviertan y vivan (así está escrito en la Biblia, en el libro del profeta Ezequiel y en otros lugares de la Biblia). Les pedimos que pongan la patria y la bandera por encima de ellos mismos, y de cualquier partido o movimiento social. Y que se abran al diálogo con todos los sectores de la sociedad, como mejor salida a la crisis que vivimos.
Pero también en el nombre de Dios le decimos al pueblo, que cuando hay contradicción insalvable, entre lo que dice Jesús, y lo que dice un gobernante de este mundo: hay que escoger lo que dice: ¡Jesús!
Le decimos al pueblo, en nombre de Jesús, nuestro Dios, que si guarda silencio ante las injusticias de un gobierno, cualquiera que sea, será cómplice de las injusticias de ese gobierno. Y ante Dios tendremos que responder, porque:
- Si callamos ante la corrupción gubernamental, somos cómplices.
- Si callamos ante el maltrato, el hostigamiento, la tortura y el encarcelamiento de los que piensan y se expresan diferente al gobierno: somos cómplices.
- Si apoyamos un acto de repudio a los que piensan o se expresan diferente al gobierno, somos cómplices.
- Si callamos ante las mentiras de la televisión y los medios de comunicación, o nos prestamos para divulgar las mentiras de otros…, somos cómplices.
- Si guardamos silencio ante una injusta subida de precios… si no protestamos ante unas injustas tiendas en las que se vende en una moneda que nadie puede adquirir con su salario… y cualquier otra injusticia que exista o pueda existir… somos cómplices.
Por tanto, ante tan gran manifestación de luz en este niño-Dios, hagamos el compromiso: de romper la cadena de miedo, mentira, división y silencio cómplice que nos esclaviza. Esa cadena la romperemos con la fuerza del amor, la verdad, la unidad, y protestando sin violencia, sin rencor.
• Nos preguntamos: ¿Jesús, fue cómplice de la mentira, o mártir de la verdad?
• Nos preguntamos: ¿Jesús quiere que seamos cómplices de los Herodes de hoy, o que seamos constructores de su reino de verdad, justicia y amor?
• ¿Qué es lo que quiere Dios de los gobernantes cubanos?
• ¿Qué es lo que quiere Jesús del pueblo cubano?
• ¿Qué quiere hoy de los cristianos cubanos?
Escuchemos la voz del Dios, y adorémoslo, unidos a María, a José, los ángeles, los pastores y los magos del Oriente: por los siglos de los siglos. Amén.
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