Estados Unidos registró este martes un récord de muertes diarias por coronavirus con 3.930 fallecidos en las últimas 24 horas y más de 250 mil contagios, según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, centro de referencia en la materia.
El número de muertes diarias viene aumentado drásticamente desde finales de noviembre, según informa el Nuevo Herald. Desde entonces, la cifra de personas fallecidas supera sistemáticamente las 2 mil, e incluso las 3mil muertes por día. El récord anterior de muertes en un día se registró hace seis días, con más de 3,920 muertos.
Preocupan especialmente el sur y el oeste del país, donde los contagios y las muertes se han disparado. Ante la emergencia, la ciudad de Los Ángeles comenzó a racionar el oxígeno y las camas. Asimismo, las autoridades están pidiendo a los paramédicos que valoren no transportar a los hospitales a ciertos pacientes en paro cardíaco, con casi cero posibilidades de supervivencia.
Las salas de cuidados intensivos de los hospitales empiezan a colapsar. El número de personas hospitalizadas también se ha disparado desde el comienzo de la pandemia, con más de 131,000 pacientes ocupando camas debido al coronavirus.
Todo parece indicar que las festividades habituales por estas fechas han sido un factor importante que ha incidido en el empeoramiento de la situación. El hecho de que las restricciones dependan de las autoridades locales parece haber contribuido también al descontrol de la propagación.
Justo en el peor momento de la pandemia, Estados Unidos se aferra a la campaña de vacunación comenzada a mediados de diciembre como solución a la crisis epidemiológica por la que atraviesa. Sin embargo, hasta ahora se ha inmunizado menos del 2% de la población, y 4,8 millones de personas han recibido una primera inyección.
Por su parte, el presidente electo Joe Biden, quien asumirá el cargo el próximo 20 de enero se reunió con su futuro equipo a cargo de la crisis de salud para valorar opciones para acelerar la distribución de vacunas. Varias de ellas se pusieron sobre la mesa, incluida la posibilidad de “aumentar el papel del gobierno federal”, según reseña el Nuevo Herald.
En cualquier caso, los datos de este martes ilustran la gravedad del rebrote que vive Estados Unidos, donde muchos estados están registrando récords de hospitalizaciones y los expertos temen que la situación empeore por la llegada de la cepa británica del virus, más contagiosa.
Entre los estados más afectados por la pandemia está el de Nueva York, con 38.743 muertos, seguido por Texas (28.797), California (27.281), Florida (22.188) y Nueva Jersey (19.382). Otros estados con un gran número de muertos son Illinois (18.562), Pensilvania (16.536), Michigan (13.608), Massachusetts (12.734) y Georgia (11.072).
Los más de 350 mil fallecidos estadounidenses superan con creces las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, cuyo mejor escenario contemplaba entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente saliente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
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