El número de personas que acuden a los comedores estatales del programa del Sistema de Atención a la Familia en Cuba ha disminuido durante el primer mes del año, a consecuencia del incremento de precios establecido en la llamada tarea ordenamiento.
Antes de que incrementaran los precios de los alimentos al comedor de San Nicolás de Bari, Mayabeque, iban 105 pensionados y actualmente solo acuden 59, según datos ofrecidos por Damaris Hernández Heredia, administradora del comedor social a la prensa local.
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"No lo quieren comprar por la subida de precios", agregó la administradora.
La mayoría de las personas entrevistadas aseguran que aunque incrementaron las pensiones a los jubilados, los nuevos precios de los alimentos son excesivamente caros y no todos pueden permitirse pagarlos.
"A veces le llevo el almuerzo a mi hermano y tengo que completarle el dinero porque con lo que él cobra no le alcanza", dijo Alfredo Rodríguez a la prensa cubana.
La administración del comedor social de San Nicolás asegura que la calidad de los alimentos sigue siendo la misma, aunque no todos los entrevistados lo confirman, y que uno de los principales problemas es que carecen de un abastecimiento de productos y materias primas que permitan satisfacer la demanda de los consumidores.
El reporte televisivo instó a las autoridades locales a que revisen los precios de los comedores sociales para evitar la desprotección de los más vulnerables, en este caso los pensionados.
Historias similares se recogen en el sitio oficialista Cubadebate, donde un reportaje mencionó que "este primero de enero, cuando el país inició el ordenamiento monetario, los billetes se hicieron más grandes y los bolsillos más chicos para algunos".
La administradora del comedor SAF H. Upmann, en La Habana, contó a la prensa que de las cien personas que habitualmente llegaban a ese local, actualmente lo hacen entre el 50 y e 60 % de ellas.
"Algunos aducen que han dejado de venir mayormente por el problema del precio y un poco también por la calidad”, confesó Beatriz Vázquez al sitio digital cubano.
Los propios pensionados, que compran estos alimentos porque desde siempre fue la opción más económica, refieren también problemas de la calidad de lo que venden.
Mala elaboración y un gramaje insuficiente son motivos suficientes para algunos a la hora de no hacer uso de este servicio estatal que se inició en 1996 y que en la actualidad atiende a más de 75 mil personas en toda Cuba, incluidos jubilados, casos sociales, protegidos por la Asistencia Social, discapacitados, no jubilados y embarazadas, según datos oficiales.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, aseguró que los nuevos precios fijados oscilan entre los 8 y los 13 pesos, lo que para muchos pensionados que compran almuerzo y comida todos los días de la semana se les hace impagable.
A raíz de todo este asunto, cubanos dentro y fuera de la isla iniciaron una campaña en Facebook que pretende sensibilizar a las personas con la situación que tienen los pensionados, a la par que denuncia lo insostenible de estos precios para muchas personas en situación de vulnerabilidad y sin posibilidades de incrementar sus ingresos mensuales.
"No tienen Facebook. Exige por ellos", reza el slogan de este llamado en las redes sociales para protestar y que el Estado revise los precios de los alimentos que venden a través del programa SAF y que han visto incrementar su valor hasta 10 veces.
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