En medio de la dura escasez de alimentos que vive Cuba, donde muchas familias no pueden siquiera comprar pan, Juventud Rebelde ha vuelto con una de sus sugerencias culinarias, en esta ocasión, una receta de pechuga de pollo rellena de verduras y queso, que catalogó como "plato sencillo dentro de la cocina cubana".
El primer ingrediente difícil de conseguir para los cubanos será la pechuga de pollo. Comprarla no solo implica hacer una cola de varias horas bajo el sol, exponerse a contagiarse de coronavirus y pagarla carísima, sino que es un producto muy poco frecuente en las tiendas de Moneda Libremente Convertible, que es donde rara vez se puede obtener.
El otro ingrediente que es caro y difícil de conseguir en Cuba es el queso, que tiene un papel protagónico en el plato. Además para este relleno se propone el uso de verduras, entre las que el chef menciona habichuelas, calabaza y col que, asegura, "se pueden encontrar fácilmente".
La pechuga de pollo subió de precio. Antes los paquetes de aproximadamente 2 kilos costaban 8.70 MLC y ahora valen 13.00 MLC. También hay otros más grandes que costaban 33.00 MLC y actualmente cuestan 49.00 MLC.
El empanado final de esta receta lleva huevo, harina y pan rallado, otros tres productos desaparecidos de la mesa cubana. Además se necesita freír con abundante aceite, un lujo que tampoco se pueden dar muchos en Cuba.
El espacio gastronómico del diario oficialista Juventud Rebelde no refleja el costo de este plato, ni de otras de sus recetas, a pesar de ser un dato que incluyen frecuentemente los chefs de todo el mundo en sus elaboraciones.
Juventud Rebelde lleva un buen tiempo haciendo propuestas que no dejan a nadie indiferente, ya sea por su alto coste, o por intentar crear hábitos de alimentación vegetarianos entre los cubanos, como la hamburguesa de calabaza y la mermelada de marpacífico.
Los platos vegetarianos estaban recomendados para quienes les gusta “el mágico poder de las flores” y no tengan miedo de “probar cosas nuevas”.
En medio de la escasez de alimentos que vive Cuba cada vez es más complejo cocinar. En muchos hogares no hay ni sal para los alimentos. La situación de las familias se agrava cuando están todos confinados por el coronavirus, desayunando, almorzando y comiendo en casa, especialmente si hay niños.
Hace pocas semanas una periodista describió en sus redes sociales la experiencia que tuvo en una cola para comprar pollo congelado en una tienda en MLC. Entre las cosas que narra estaban o el tremendo desorden, abuso de poder contra la población y hasta un presunto hecho de corrupción.
En las colas para comprar pollo en Cuba se pueden encontrar todo tipo de situaciones degradantes, pues este es el único producto cárnico que vende el Estado con asiduidad, y lo hace en MLC.
El Gobierno cubano ha intentado en muchos programas de cocina introducir cambios en los hábitos de alimentación y potenciar el consumo de una dieta vegetariana, para la cual tampoco tiene una oferta válida en sus agro-mercados.
Otro intento ha sido modificar la tradición cultural incentivando el consumo de carnes poco apreciadas por la población, como la del curiel, la jutía, el cocodrilo y el avestruz. Aunque ninguno de estas propuestas han llegado a ser visibles en las ofertas de los mercados cubanos ni han contribuido a mitigar las carencias en la mesa del cubano ni el calvario que deben sufrir para adquirir los alimentos.
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