El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel indicó que hay que "ordenar el ordenamiento", refiriéndose a la nueva etapa económica que arrancó el pasado 1 de enero con la unificación monetaria.
"Tenemos que ordenar el ordenamiento. En los primeros días del ordenamiento se nos han manifestado un grupo de incomprensiones, hemos tenido errores en la implementación por parte de un grupo de instituciones, cosas que estaban normadas y reglamentadas no se aplicaron como estaban y eso nos ha creado una percepción en la población no favorable al ordenamiento cuando el ordenamiento es una tarea necesaria, imprescindible para potenciar la economía y también para mejorar la situación de toda la población", sostuvo Díaz-Canel.
El pasado 10 de diciembre el gobernante cubano anunció que arrancaría el 1 de enero con el proceso de unificación monetaria con una tasa de cambio única de 24 pesos cubanos (CUP) por un dólar.
A este proceso, junto al resto de las medidas económicas que le acompañan, el régimen cubano lo ha llamado "tarea ordenamiento".
Poco más de veinte días después, los cubanos no han dejado de quejarse de las nuevas medidas, que los afecta directamente en muchos ámbitos. Incluso, el gobierno ha tenido que retractarse de algunas de ellas debido a la presión social.
Por ejemplo, ante las quejas de los cubanos por el incremento en la tarifa eléctrica, Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, dijo que era un “problema cultural” y recomendó “reenfocar” la economía familiar a partir de ahora.
La creciente incomodidad llevó a que, posteriormente, el propio Murillo tuviera que anunciar la disminución de las tarifas eléctricas tras fuertes presiones de la población.
Algo similar sucedió con las ventas de la popular heladería Coppelia, en La Habana, donde el gobierno tuvo que anunciar recientemente la disminución de los precios tras fuertes quejas, ya que una ensalada de helado pasó a costar de 5 a 35 pesos.
También se reducirán los de otras instalaciones recreativas como Expocuba, Parque Lenin y La Isla del Coco.
A causa también de los altos precios de los productos que se ofertan en la libreta de abastecimiento, muchos cubanos han dejado de comprar los alimentos normados.
Antes de que arrancara el proceso de reordenamiento económico, el doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de La Habana, Ricardo Torres, criticó la medida. "El nivel de vida de los habitantes de un país depende de la trayectoria de la productividad y esta depende de factores estructurales, por lo que las transformaciones en el sector nominal pueden facilitar otros cambios, pero son generalmente inútiles por sí solos", sostuvo.
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