La youtuber cubana Ruhama Fernández lamentó la escasez de alimentos en los agromercados y establecimientos en Santiago de Cuba.
En un recorrido por la ciudad, Fernández indaga por sitios donde adquirir arroz y le contestan que no hay en ningún lugar. “Qué va, eso no aparece en ningún lado”, le respondió un hombre en un mercado estatal que solo vendía bolsas de plástico o jabas, como se les conoce en la isla.
Fernández se dirigió al agro de la calle 10 en Santiago y aseguró que más de la mitad de ese centro se encontraba cerrado, mientras que lo poco que estaba funcionando tenía a la venta solo condimentos para cocinar.
“La pregunta es por qué tantos condimentos si no tenemos en qué usarlos”, dijo la youtuber en un video publicado en dicha plataforma el viernes. Luego se dirigió a otro establecimiento privado donde no tuvo mejor suerte.
“Lógicamente, nada de lo que esperaba. Estaba totalmente vacía, las imágenes valen más que mil palabras”, dijo mientras su cámara recorría los espacios desabastecidos. En un rincón, un vendedor proponía ajos a 8 pesos y cebollas a 10.
Cuando visitó otro puesto, le contestaron que nada más ofrecían vino seco. Ahí también indagó por el arroz, y le dieron indicaciones para que averiguara en otro mercado, a ver si conseguía algo. Sin embargo, antes de continuar su recorrido, Fernández advirtió que no iba a obtener lo que quería.
Y así fue, porque en otros locales se repetía el patrón: Lo único en venta eran condimentos de varios tipos, pero ningún alimento. En un mercado, encontró diversas viandas, pero solo se expendían a ancianos, personas con enfermedades y a través de la libreta de abastecimiento.
Según la youtuber, una mujer le comentó que había un modo de adquirir arroz y este era negociando con gerentes de almacenes y trabajadores de las bodegas estatales, donde el producto se despacha de manera racionada a la población, pero con tales arreglos se resolvía.
Al final, Fernández solo pudo comprar algunos ajos y cebollas y plátanos pequeños. Además, en su casa no tenía energía eléctrica, una situación que se extendió por varias horas, según denunció.
Un día antes, la joven había llamado la atención en Facebook sobre el precio en que el Estado vendía alimentos como carnes ahumadas y jamonada, todos los productos tenían un costo que superaba los 120 pesos (5 dólares) por kilogramo; en algunos casos llegaban a 290 pesos.
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