La reconocida musicóloga cubana María Teresa Linares falleció este martes en La Habana a sus 100 años.
Linares “dedicó su vida a la investigación del acervo popular y folclórico de la nación cubana”, y su trabajo también incluyó el registro, la descripción y el análisis de “procesos, repertorios, compositores e intérpretes” de la música nacional, reseña un comunicado del Instituto Cubano de la Música.
Algunas de sus investigaciones más destacadas y registradas en álbumes musicales fueron la Gran Serie Benny Moré (Vol. I-IX) y la Antología de la música afrocubana, donde no solo fue su productora general, sino también autora de notas para algunos de sus volúmenes.
La musicóloga realizó sus estudios en el Conservatorio Municipal de La Habana, y fue integrante de la Sociedad Coral de La Habana, a cargo de María Muñoz de Quevedo, quien junto a Fernando Ortiz la iniciaron en la investigación de las relaciones entre música y etnología.
De 1948 a 1956, Linares realizó trabajo de campo en varias regiones de Cuba junto a su esposo, el también musicólogo y etnólogo Argeliers León (1918-1991), para recaudar información sobre toques y cantos de origen español y africano. Labor que continuó desarrollando como parte de su trabajo en el Instituto de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias de Cuba a partir de 1960.
Más tarde, concluyó su licenciatura en Estudios Cubanos en la Universidad de La Habana, pero también fue distinguida con un merecido título de Doctor Honoris Causa en Ciencias del Arte por el Instituto Superior de Arte (ISA).
María Teresa produjo más de 100 discos y 10 libros de ensayos sobre la música en Cuba, entre los que destacan La música y el pueblo (1974), La música entre Cuba y España (1998) y El punto cubano (1999), así como publicaciones en la revista de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, revista Casa de las Américas y otras publicaciones internacionales.
En 1974, se unió al equipo de productores de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), con el que produjo varios discos con el objetivo de preservar, rescatar y promocionar el patrimonio musical cubano. Este material constituye una notable muestra de archivo de la diversidad de la música popular en el país.
Como profesora, la musicóloga enseñó en el Conservatorio Municipal de La Habana Alejandro García Caturla y en la Escuela de Instructores de Arte, desde donde impartió seminarios sobre apreciación e historia de la música y folclor nacional.
En vida, María Teresa Linares atesoró el Premio Nacional de la Música y de Investigación Cultural, el Premio Internacional Fernando Ortiz y la orden Félix Varela de Primer Grado.
Según la información compartida por el Instituto de la Música, “sus cenizas serán depositadas en el panteón familiar”.
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