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El Relator Especial de la ONU sobre la Libertad de Religión o Creencias, Ahmed Shaheed, advirtió que las leyes en Cuba prohíben y penalizan un grupo de actividades religiosas.
Durante un encuentro virtual organizado este lunes por el Berkley Center for Religion, Peace & World Affairs, de Georgetown, el relator de la ONU dijo que uno de los mejores ejemplos de esa falta de libertad religiosa en Cuba está en la obligación de inscribirse en un registro del Ministerio de Justicia.
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“Muchas comunidades religiosas ven sus inscripciones rechazadas con justificaciones raras, lo que resulta en la criminalización de la manifestación de ese grupo en su comunidad", dijo Shaheed.
Shaheed explicó durante el encuentro virtual que aquellas organizaciones religiosas que logran inscribirse en el registro del Ministerio de Justicia deben pedir permisos a la Oficina de Asuntos Religiosos para realizar cualquier actividad que sea ajena a los servicios regulares.
"Esto crea una situación imposible para las comunidades religiosas y socava el derecho de ejercer su derecho a libertad de religión”, agregó.
El informe Libertades del Mundo 2020 de Freedom House reveló que aunque la libertad religiosa en Cuba ha mejorado en la última década, aún existen obstáculos oficiales que dificultan el funcionamiento de las mismas.
" Dado su papel positivo en las conversaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, la Iglesia Católica Romana ha disfrutado de una expansión de sus derechos pastorales, incluido el acceso periódico a los medios estatales y espacios públicos y la capacidad de construir nuevas iglesias y distribuir sus propias publicaciones", dice el documento.
"Los grupos protestantes y evangélicos tienden a enfrentar mayores restricciones, aunque también han experimentado mejores condiciones en los últimos años", señaló el estudio, que dio una puntuación de 14 en base a 100 en cuanto a derechos políticos y libertades civiles.
En junio de 2020, la Administración Trump firmó una orden ejecutiva en la que pidió al Departamento de Estado medidas más concretas contra países que violan las libertades religiosas, como Cuba, Irán, China y Azerbaiyán, entre otros, y destinó un fondo económico para ese fin.
Con ese objetivo se destino un fondo de 50 millones de dólares destinados a promover y proteger libertades religiosas en el extranjero.
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