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Muchos cubanos que compraban alimentos en los comedores sociales del Sistema de Atención a la Familia (SAF), en la provincia de Ciego de Ávila, han renunciado al servicio porque no pueden pagarlo tras el incremento de precios asociado a la llamada Tarea Ordenamiento.
En el comedor social "La sombrillita" compraban almuerzo y comida 98 personas, en su mayoría ancianos y personas de bajos ingresos, según explicó el administrador Julio López Escasena al periódico Invasor.
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"A raíz de la Tarea Ordenamiento ha existido una disminución en la asistencia de los comensales producto de los altos precios que tienen en estos momentos la comida", explicó el funcionario, que no refirió cuántas personas han dejado de comprar en la instalación gastronómica.
López Escasena añadió, además, que actualmente el precio de cada comida puede estar entre los 10 y 13 pesos, un incremento significativo si lo comparamos con el peso cubano que valía antes de comenzar a aplicarse el programa económico gubernamental.
"Ellos han manifestado que todavía es muy alto el valor de los alimentos en comparación con lo que ellos perciben de salario", agregó.
Los encargados de llevar a domicilio los alimentos confirmaron que existían quejas y que algunos ya decidieron renunciar al servicio, porque no pueden destinar más de 600 pesos mensuales a ese fin.
José González Rodríguez contó que recientemente uno de sus clientes alegó que no tenía dinero para pagarse la comida y que por tanto prescindiría del servicio.
"Yo se lo regalé (el almuerzo) porque es un viejito que vive en unas condiciones...." enfatizó.
El administrador del comedor SAF explicó que en Ciego de Ávila, las autoridades locales trabajan en la elaboración de un cuarto listado de precios para ese servicio, que deberá ser más asequible a las familias cubanas, aunque no precisó cuándo se aplicará la nueva tarifa ni cuánto disminuirán los precios de los almuerzos y las comidas.
El reclamo de la prensa oficialista en Ciego de Ávila no es el primer grito de alarma que tiene lugar dentro de Cuba en favor de las personas que compran alimentos en los comedores sociales del SAF.
Unos días después de comenzar el año nuevo, en la provincia de Mayabeque el comedor de San Nicolás de Bari reportó una disminución significativa de comensales. De 105 que iban diariamente, solo 59 seguían comprando la comida.
En ese caso también se presentó como principal justificación el incremento de los precios, que no se corresponden tan siquiera con la calidad de la comida.
A principios de este mes, el primer secretario del Partido Comunista de La Habana, José Antonio Torres Iríbar, asoció la mala calidad de los comedores SAF con "la falta de vocación de servicio público en los administradores y el desvío de recursos".
Para el dirigente de la capital esto es un objetivo importante que se debe cumplir porque los niveles de insatisfacción son elevados.
Solo el 25 por ciento de los más de 16 mil personas que utilizan los comedores sociales en la capital cubana se siente conforme con el servicio, según un estudio de la Universidad de La Habana.
En las redes sociales varios cubanos se han movilizado para protestar por el incremento de los precios y la mala calidad de los alimentos que se expende a ancianos y pensionados en Cuba a través estos comedores sociales.
La iniciativa digital "No tienen Facebook. Exige por ellos", surgió precisamente para visibilizar el desamparo en que habían quedado tras las subidas de precios estas estas personas con bajos ingresos y a quienes se les dificulta acceder a alimentos y productos de primera necesidad.
El Sistema de Atención a la Familia (SAF) surgió en 1996, es dirigido por el Ministerio de Comercio Interior y está concebido para complementar la alimentación a adultos mayores, personas con discapacidad, embarazadas con alto riesgo y casos sociales críticos, con insuficiencia de ingresos y carentes de familiares obligados en condiciones de prestar ayuda.
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