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El cubano Jorge Pérez García, presunto miembro de Clandestinos, abandonó el domingo la huelga de hambre que comenzó el pasado 18 de marzo en la prisión del Combinado del Este, donde permanece desde hace más de un año.
Pérez García, en prisión desde enero de 2020, ya cumplió la sanción que le impuso un tribunal, de un año de privación de libertad por emplear su teléfono móvil para difundir las acciones del grupo. Sin embargo, las autoridades lo mantienen arbitrariamente en la cárcel, lo cual lo llevó a iniciar la huelga de hambre.
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"Él no tiene condiciones de salud para realizar una huelga de hambre", informó a Diario de Cuba su madre, Mercedes García González.
"Decidió hacerla porque se considera totalmente inocente y en el juicio el fiscal no le pudo probar nada. El abogado defensor en cinco ocasiones pidió una fianza para que pudiera esperar en libertad la fecha del juicio y siempre fue denegada", precisó.
Pérez García lleva todo este tiempo insistiendo en su inocencia. Según su madre, lo único que él hizo fue, "sin conocer la relevancia de los sucesos", prestarle su celular a su primo, Panter Rodríguez, para que este enviara los vídeos a Estados Unidos.
"Ni siquiera fue en su teléfono donde esos vídeos e imágenes se hicieron, pero tampoco esa supuesta transferencia de información el fiscal pudo demostrarla en el juicio", detalló la mujer.
"Quieren encausarlo también por tráfico de drogas, cuando mi hijo ni siquiera es consumidor de ningún estupefaciente, es una gran injusticia todo lo que está ocurriendo con él", agregó.
García González cree que durante este año su hijo no ha recibido la atención médica que requiere, pues padece de hipertensión y le tuvieron que intervenir en el corazón para colocarle un stent.
"Mi hijo no tiene muy buena salud. (...) Como madre necesito saber cómo va a estar, en qué condiciones, su salud es la que más me preocupa. Si ha hecho esta huelga sus motivos tendrá", dijo el domingo.
Esta mujer fue una de las pocas personas que pudo asistir al juicio contra las acciones de Clandestino, efectuado el 21 de diciembre pasado bajo estrictas medidas de seguridad.
Aunque el fiscal pedía para Jorge Pérez García seis años de prisión, el Tribunal Provincial Popular de La Habana le impuso finalmente un año por el supuesto delito de "difamación de las instituciones y organizaciones de los héroes y mártires de carácter continuado".
Al quedar demostrado que no participó en el vertido de sangre animal sobre bustos de José Martí y en vallas con propaganda política -principales acciones de Clandestinos-, los jueces lo exoneraron del delito de "daños a bienes del patrimonio cultural".
De acuerdo con la sentencia, fue probado que ejerció como "autor ejecutor de un delito de difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado, previsto y sancionado en el Artículo 204, en relación con el 11.1, del Código penal".
Pérez García, junto a los acusados Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, fueron identificados como miembros del movimiento Clandestinos, que en enero de 2020 derramaron sangre animal sobre bustos de José Martí y escribieron mensajes contra la dictadura en muros y paredes de instituciones del gobierno, acciones que recibieron tanto elogios como críticas.
Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo fueron sancionados a 15 años y 9 años de privación de libertad, respectivamente.
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