El opositor cubano Zaqueo Báez Guerrero, coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en La Habana, afirmó que este sábado iniciaba su quinto día en huelga de hambre junto a otros tres activistas de la organización.
Cuatro personas de la UNPACU en la capital cubana se encuentran sin probar alimentos, al igual que otros que se han sumado a la causa, según detalló el activista en una trasmisión directa para CiberCuba.
La protesta se debe al asedio constante de la policía política contra la sede nacional de la UNPACU en Altamira, provincia de Santiago de Cuba, para impedir que la organización entregue ayudas a la población local en medio de la crisis agravada por la pandemia del coronavirus.
“La policía política tiene sitiado el lugar, impidiéndole a las personas con alto índice de vulnerabilidad social como ancianos y niños acercarse a la sede a recibir alimentos, medicamentos, o cualquier ayuda que necesiten y que nuestra organización se la brinda”, denunció Báez desde Calabazar, La Habana, donde se encuentra la representación de la UNPACU en la capital.
El activista aseguró que el gobierno cubano los dejaría morir de hambre, ya que de esa forma ha lidiado con los opositores. “Siempre lo que esperamos es represión por parte de la dictadura de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel. Los responsabilizamos de lo que pueda suceder con los más de 60 activistas que estamos sitiados a nivel nacional”, expuso.
Zaqueo Báez dijo que probablemente la sede de la UNPACU estuviera rodeada por oficiales del Ministerio del Interior (MININT), como sucedió el primer día de la protesta, aunque en estos momentos los represores no estuvieran visibles.
En total, son cuatro miembros de UNPACU los que suman cinco días en huelga de hambre, mientras que un quinto acumula cuatro jornadas sin ingerir alimentos. El coordinador de UNPACU en la capital señaló que varios activistas se han sumado a la protesta, entre ellos, dos integrantes de las Damas de Blanco, quienes se encuentran en ayuno este sábado en la misma sede de Calabazar. La activista independiente cubana Ariadna Mena Rubio lleva 72 horas en huelga de hambre, precisó Báez.
Mostrando un cartel que reza las palabras “Patria y Vida”, el opositor sostuvo que varios “hermanos” se irán sumando en días posteriores a la protesta. Días atrás, se lanzó una convocatoria en redes sociales a una huelga de hambre durante 72 horas entre los cubanos en el exterior, en solidaridad con los 60 miembros de la Unión Patriótica de Cuba que se encuentran en protesta por la represión contra su trabajo humanitario y el asedio constante a sus miembros.
Deborah Bruguera, hermana de la activista y artista visual Tania Bruguera, dijo que, si otros cubanos en el exterior se sumaban, ella hacía también la huelga, a pesar de sus padecimientos de salud, porque "ya es hora que pongamos todos el cuerpo y saquemos a la luz el tratamiento que reciben los que piensan diferente".
El viernes, la activista Anamely Ramos, anunció que se sumaría a la huelga de hambre en favor de la UNPACU. “A cuatro meses de que salimos de San Isidro, los cubanos seguimos entregando el cuerpo para que el Estado nos entregue nuestro país. Solo queremos derechos y poder participar y ejercer la solidaridad”, dijo en redes sociales.
Ramos fue una de las acuarteladas del Movimiento San Isidro (MSI) en La Habana para exigir la liberación del rapero contestatario Denis Solís, una exigencia que continúa sin respuesta por parte de las autoridades cubanas. Algunos de los miembros del MSI libraron una huelga de hambre y sed con tal propósito, pero al cabo de varios días la policía política irrumpió en la sede del Movimiento y disolvió la protesta pacífica.
La víspera, cientos de octavillas fueron lanzadas en una cola en Santiago de Cuba para llamar a la solidaridad de la población con los manifestantes de la UNPACU. El coordinador nacional de la organización opositora, José Daniel Ferrer, dijo que la huelga de hambre “tiene como principal objetivo que se respeten nuestros derechos a alimentar y brindar atención médica a alcohólicos, ancianos y familias en extrema miseria, y el respeto a nuestros activistas, a que puedan entrar a nuestra sede principal”. “Es un derecho que tenemos, y hay que respetárnoslo”, dijo.
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