El cantante Amaury Pérez ha recibido críticas en las redes sociales por una foto en la que se le ve recibiendo una vacuna sobre un tatuaje que muestra el escudo cubano.
La foto, que el cantante colgó en su página oficial de Facebook, muestra a la enfermera inyectando lo que podría ser uno de los candidatos vacunales contra el coronavirus que desarrolla Cuba justo sobre el dibujo corporal, a pesar de que las normas cubanas sobre el test de la vacuna dicen explícitamente que "no podrán participar sujetos con tatuajes en región deltoidea en ambos brazos".
A principios de marzo, Dagmar García, directora de investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), explicó en la prensa oficial que la Fase III del estudio de la vacuna incluiría a 44 mil 10 voluntarios en las edades comprendidas de 19 a 80 años. Durante su intervención en el programa radiotelevisivo Mesa Redonda, la experta aseguró que "la capital de nuestro país se convertirá en un sitio clínico de Soberana 02". Desde entonces, el número de participantes en la prueba ha aumentado considerablemente.
Inicialmente pensado para el personal médico habanero, el test para evaluar la eficacia de la Soberana 02 se ha ido extendiendo por toda la capital cubana.
Entre los pasos generales del proceso están la verificación de los criterios de inclusión con un consentimiento informado y la continuidad de eventos adversos durante una hora tras la inyección.
En esta etapa de prueba, aseguró el MINSAP, "estarán excluidas embarazadas, en puerperio o lactancia, personas con cáncer o con enfermedades crónicas descompensadas que limiten la vacunación".
"Tampoco podrán participar sujetos con tatuajes en región deltoidea en ambos brazos, ni personas con VIH cuya carga viral sea detectable, ni sujetos con enfermedad febril o infecciosa aguda en los siete días previos a la administración de la vacuna o en el momento de su aplicación", se explicó en diversas publicaciones oficialistas.
"Tremendo disparate, pobre enfermera, pobre Amaury Pérez: totalmente desinformados", comentó uno de los seguidores del cantante tras la publicación de la foto.
"¿¿¿En el tatuaje??? No entiendo... tanto que se ha dicho en la tv que no se puede vacunar en los tatuajes, el Doctor Durán insistió en eso, apuntó otra. ¿No lo saben en ese lugar?", escribió otra comentarista.
"Ellos desconocen esa información, es evidente", aseguró otra usuaria.
"Tratándose de Amaury harían la excepción. ¡Y merecida! ¡Lo extraño mucho!", terció otra.
"A mí me encanta de siempre... pero esa vacuna en el tatuaje fue algo peligroso", le respondieron.
Medios oficiales aseguraron la semana pasada que todos los cubanos estarán inmunizados en diciembre con la vacuna que aún no se ha aprobado.
Los cuatro candidatos vacunales cubanos contra la COVID-19 son Soberana 01 y Soberana 02, desarrollados por el Instituto Finlay; Abdala y Mambisa, producidos por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB).
Hasta ahora, el candidato más avanzado es Soberana 02, una vacuna conjugada que combina la proteína RBD del virus con el toxoide tetánico, potenciando la respuesta inmune.
Científicos cubanos aseguran que los resultados de Soberana 02 en la Fase I y II han sido buenos pero la aprobación definitiva no llega.
Las pruebas, en cambio, son cada vez más masivas. Las de de la Soberana 02 ya incluyen a más de 150.000 trabajadores de la salud en La Habana y otras 100.000 personas en Irán, en virtud a un acuerdo con ese país. Venezuela también participará en sus ensayos con 30 mil vacunas de Soberana 2, así como 30 mil dosis de Abdala, según anunció Maduro esta semana. Además, México negocia participar.
La efectividad del otro candidato, Abdala, también en III Fase, se medirá en 48 000 voluntarios en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, provincias que junto a La Habana registran el mayor número de casos positivos de coronavirus en las últimas semanas.
En medios independientes y redes sociales se comenta que esta cifra creciente de "pruebas" y "estudios clínicos" (que ya abarca, según el MINSAP, a 1,7 millones de cubanos mayores de 19 años) es en realidad una campaña de vacunación encubierta y sin garantías.
Mientras que las compañías farmacéuticas de otros países han utilizado menos de 50 mil voluntarios para los ensayos de sus vacunas anti-COVID, las pruebas cubanas triplica esas cifras.
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