El líder opositor ruso Alexei Navalny ha declarado desde la cárcel una huelga de hambre para que las autoridades rusas para permitan que su médico le visite.
El opositor ruso cumple una pena de dos años de prisión en la penitenciaría IK-2, de la ciudad de Pokrov, en la provincia de Vladimir, a unos 100 kilómetros al este de Moscú. El lugar es famoso por el aislamiento psicológico y las duras condiciones para los reclusos y el propio Navalny lo ha calificado de "campo de concentración".
Este lunes el disidente denunció que corre el riesgo de ser enviado a un confinamiento solitario "parecido a una tortura" después de recibir apercibimientos por asuntos menores como "levantarse 10 minutos antes de la hora" y "usar camiseta en una reunión con abogados".
El político de la oposición dijo la semana pasada que los guardias le despertaban cada hora por la noche y que sus peticiones de atención médica eran ignoradas. Los aliados del político sostienen que a causa de la privación de sueño y antes de la huelga de hambre, Navalny perdió 8 kilos, al pasar de 93 kilogramos de peso a 85 en lo que lleva de prisión.
“Él mismo vincula esta pérdida de peso principalmente con el hecho de que no se le permite dormir y se le despierta ocho veces por noche”, dijeron sus aliados en una publicación en su cuenta de Twitter.
El 24 de marzo uno de los colaboradores de Navalny, Leonid Volkov, se mostró "extremadamente preocupado" por lo que calificó como "fuerte deterioro de la salud" del líder opositor. Volkov declaró que Navalny tiene "fuertes dolores en la espalda" desde hace unos días y "no siente una pierna". Al opositor solo le dieron dos pastillas de ibuprofeno, según declaró Volkov la semana pasada.
En su mensaje Navalny aseguró que "cada reo tiene el derecho de invitar a un especialista para que le examine y consulte". "Incluso yo (tengo ese derecho), aunque sea inocente", agregó en la misiva, dirigida al director de la prisión.
Navalny recuerda que en agosto de 2020 fue envenenado con el agente químico Novichok cuando se encontraba en Siberia, tras lo que cayó en coma y fue trasladado a una clínica en Alemania, por lo que sugiere que ese puede ser el motivo de su actual deterioro de la salud.
"Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud", afirmó.
Por su parte, el Servicio Federal Penitenciario de la provincia de Vladímir negó las afirmaciones. “Al condenado Alexéi Navalny se le proporciona toda la asistencia médica necesaria acorde a las indicaciones médicas actuales”, precisó la entidad en su comunicado. Además, agregó que el estado de salud del preso es considerado “estable y satisfactorio”.
Alexéi Barinov, médico, dijo que los abogados de Navalny le habían pedido que tratara a su cliente y que habían solicitado al servicio penitenciario que le permitiera entrar en la prisión o que dejara salir a Navalny a una clínica.
“Estamos esperando una decisión del FSIN (Servicio Penitenciario Federal)”, dijo el galeno, añadiendo que estaba listo para ir.
Medio millar de médicos han firmado recientemente una petición en la que demandan al Kremlin y a los servicios penitenciarios la inmediata asistencia médica a Navalny. Además, su esposa, Yulia Naválnaya, se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, desde su cuenta de la red social Instagram para que libere "inmediatamente" al político, aunque el Kremlin le ha recomendado dirigirse a los servicios penitenciarios.
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