Construyen enorme mural en Matanzas como homenaje a Fidel Castro

La iniciativa y ejecución de la obra es de Jesús Alberto Mederos Martínez, quien tuvo la idea de imitar la charretera del dictador cubano “como reafirmación de que prosigue su legado y ejemplo”

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Un mural de proporciones gigantescas en homenaje a Fidel Castro está en fase de construcción en un bloque de viviendas de 13 pisos en la ciudad de Matanzas.

La iniciativa y ejecución de la obra es de Jesús Alberto Mederos Martínez, quien tuvo la idea de imitar la charretera del dictador cubano “como reafirmación de que prosigue su legado y ejemplo”, según informa este martes el periódico Girón.


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“Este proyecto lo tengo hace más de siete años; es decir, la vista aérea con los grados del Comandante; pero primero pensaba hacerlo en el abra del Yumurí, pero cuando estudié los puntos de Matanzas me percaté que el mejor era este”, comenta el promotor de la iniciativa en Facebook.

El sitio elegido por Mederos ha sido el costado del Trece Plantas, uno de los edificios más altos de una ciudad que fue proclamada en el siglo XIX como la “Atenas de Cuba”, por su esplendor artístico y cultural.

A lo largo de todo el lateral del bloque de viviendas, Mederos ha pintado dos franjas, una roja y otra negra, que imitan la charretera del que fuera Comandante en Jefe. Colores que Castro utilizó en sus insignias militares para recordar los de la bandera del movimiento 26 de julio, que tomó su nombre del fallido ataque al cuartel Moncada en el que el líder se perdió.

Sobre ese fondo, el autor de esta nueva pieza de culto a la personalidad del dictador instalará una estrella blanca con ramos de olivo, tal cual lució Castro durante buena parte de su vida hasta que decidió cambiar su indumentaria militar por trajes y monos deportivos de alta costura.

En la parte baja del edificio irá una pintura mural con el paisaje de la Sierra Maestra, al parecer la especialidad pictórica de Mederos. “Este último elemento resulta el toque personal del artista, ya que este se especializa en el paisajismo, aunque como él mismo argumenta, un paisaje que guarda un concepto”, detalla el diario matancero.

Asimismo, el periódico Girón celebra que, por su monumentalidad, la intervención podrá ser apreciada desde buena parte de la ciudad. “Posee una ubicación privilegiada al encontrarse en el corredor turístico Habana–Varadero y debajo del corredor aéreo”, reseña el medio oficialista.

Para Mederos, esta ubicación permite, además, “que se vea desde los aviones que descienden en el aeropuerto de Varadero”. Un valor añadido de la iniciativa que, desde el punto de vista de la estética, tiene el mismo peso que alinear esculturas clásicas en la pista de aterrizaje del aeropuerto Eleftherios Venizelos.

Mederos, por supuesto, “agradece el apoyo que le brindaron las autoridades políticas y gubernamentales de la provincia, además de diferentes entidades estatales y cuentapropistas como Sancof, Artex, Cupet, entre otras”. No puede ser de otra forma, viendo la cantidad de pintura, materiales, obreros, grúa y operarios, andamios y toda la parafernalia desplegada en el proyecto.

Con la humildad habitual de estos creadores de las trincheras de ideas, Mederos confesó que “esta es una obra que hago para mis amigos, para el pueblo, para mi país”. Según su perfil de Facebook, el autor del último monumento al dictador es “un artista plástico matancero paisajista el cual esta incurcionando (sic) en la muralistica (sic)”.

Aun reconociendo que la incursión en ese género sale casi tan cara como arreglar los problemas de vivienda de muchas familias matanceras, es de agradecer que el paisaje del abra del Yumurí quedara libre de su inspiración.

La charretera del Trece Plantas matancero, la bandera de hormigón frente a la embajada estadounidense y el centro de estudios del pensamiento de Fidel Castro en La Habana confirman que el proyecto político de la “continuidad” no tiene mucho más que ofrecer que la consagración del vacío, el feísmo y la mediocridad.

Mientras tanto, las autoridades de Matanzas multaron a una familia humilde con 6 mil pesos y la obligaron a derribar la casa que habían levantado con esfuerzos propios en el barrio de Versalles, por no tener los papeles de legalización de la misma.

Desalojos, derribos y multas constituyen el legado castrista que, desgraciadamente, no puede olvidar el pueblo cubano mientras continúa el experimento de un régimen que convierte en adefesios y miseria todo lo que toca. ¿Incluirá en sus sesiones el VIII Congreso del PCC un debate sobre el culto a la personalidad típico de los regímenes totalitarios, o pensarán aplaudir estas iniciativas hasta el hundimiento final?

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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