La periodista independiente cubana Luz Escobar y el artista Julio Llópiz-Casal dialogaron este domingo con Bastiaan Engelhard, representante de la Embajada del Reino de los Países Bajos en La Habana, en medio de una ola represiva que mantiene a varios activistas incomunicados dentro de la isla.
Escobar agradeció en su muro de Facebook la visita de Engelhard a su casa, donde está sitiada por la Seguridad del Estado, y afirmó que conversaron sobre la realidad cubana y los desafíos de la sociedad civil en el país.
"En un día como hoy Julio Llópiz-Casal y yo agradecemos la visita de un representante de la Embassy Reino de los Países Bajos in Cuba aquí en La Habana a nuestra casa. Con Bastiaan Engelhard, cafecito mediante, conversamos sobre la realidad cubana y los desafíos que tenemos como sociedad civil", expresó en la plataforma virtual.
Al igual que varios activistas Escobar, quien es periodista del diario 14 y Medio, se encuentra sin los servicios de llamadas e internet al móvil, los cuales fueron cortados por la empresa estatal de telecomunicaciones ETECSA por orden del gobierno cubano.
La policía política también la mantiene vigilada en su edificio, cuando en el país se desarrolla el VIII Congreso del Partido Comunista (PCC).
"Hoy me tocó la patrulla 519. Ahí están en la esquina de mi casa para arrestarme y llevarme unas cuantas horas detenida por si acaso salgo y violo a el cerco que me tiene la Seguridad del Estado en los bajos de mi edificio", denunció hace algunas horas en Facebook.
En varias ocasiones, a Luz Escobar, quien es madre de dos hijas, se le ha plantado vigilancia para impedirle salir de su casa sin que exista una orden judicial ni documentos legales que sustenten los arrestos domiciliarios a que ha sido sometida.
Igualmente ha sufrido la represión del régimen cubano Llópiz Casal, uno de los manifestantes del 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura en La Habana.
Estás prácticas son consideradas anticonstitucionales, según el artículo 52 de la Carta Magna, que reza que "las personas tienen libertad de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio nacional, cambiar de domicilio o residencia, sin más limitaciones que las establecidas por la ley".
Asimismo, en su Artículo 54, el mismo documento señala que "el Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión", pero el régimen en la isla omite el respeto a estos mandamientos cuando se trata del control sobre artistas, activistas y periodistas independientes.
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