El ciudadano español Armando Unsain Bartolomé, quien en marzo recibió una orden del Ministerio del Interior (MININT) de Cuba para que abandonara definitivamente la Isla en 30 días o sería deportado, anunció que regresará a su país.
Unsain Bartolomé, un comunista defensor del régimen castrista con residencia permanente en Cuba, fue acusado por el MININT de tener una actitud violenta hacia sus vecinos y hacia su ex pareja, a la que amenazó y agredió, además de haber sido investigado por delitos de corrupción de menores y tráfico de drogas, hechos que él niega.
"La Dirección de Inmigración y Extranjería me han concedido una semana más para abandonar el país y me iré voluntariamente dentro del término", dijo en su cuenta de Twitter.
Como protesta por la expulsión, el español decidió comenzar una huelga de hambre el domingo pasado, hasta que sus derechos fueran restablecidos.
Sin embargo, el miércoles decidió abandonar la huelga porque no quería que se le vinculara "con elementos reaccionarios que han llevado a cabo el mismo tipo de protesta", dijo en su muro de Facebook, el alusión a las protestas de Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, y de los miembros de la opositora UNPACU.
"Solo queda deciros que mi lucha se mantendrá, siempre de Patria o Muerte, y que no cesaré hasta que esta injusticia sea aclarada. La lucha comienza ahora, en lo adelante batallas más importantes estarán por venir y como a Él, a mí también me acabará absolviendo la historia", señaló, en referencia al extinto dictador Fidel Castro, a quien Unsain Bartolomé venera.
Según su testimonio, el miércoles un oficial de Inmigración y Extranjería se presentó en su casa en La Habana, buscando a su exmujer, quien asegura que se marchó de allí en 2014.
"¿Cómo es posible que piensen que aún vive aquí?", cuestionó en otro tuit.
El español se presenta en sus redes sociales como "promotor para la inversión en el sector hotelero en Cuba", manager de la cadena Room Mate Hotels y propietario del hotel boutique La Colonial 1861, situado en la calle 10 # 60 e/ 5ta y 3ra, en Miramar, La Habana.
Pese a su afinidad manifiesta con el régimen castrista, las autoridades cubanas aseguran que ha mostrado una conducta de enfrentamiento a las normas de convivencia social y no se ha insertado adecuadamente en la comunidad donde vive.
Él, por su parte, afirma que lleva años luchando contra esa injusticia, y que sus derechos como ciudadano y como ser humano han sido atropellados totalmente.
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