El Gobierno de Cuba anunció este viernes que venderá aceite de donación del Programa Mundial de Alimentos en seis municipios de La Habana, y será comercializado a través de la libreta de abastecimiento a un costo de 18 pesos la libra.
Así lo recogen el Ministerio de Comercio Interior y el diario estatal Tribuna de La Habana, añadiendo que el producto, que pertenece a los fondos enviados a la Isla para su distribución gratuita entre la población, se expenderá en las bodegas de Habana del Este, Guanabacoa, Cotorro, San Miguel del Padrón, Arroyo Naranjo y Boyeros.
La venta de donaciones está mundialmente prohibida y no está justificada por ningún motivo. Sin embargo, Cuba ha hecho pública su decisión de utilizar aceite donado, en cuya etiqueta se advierte de que está prohibida su comercialización, para cubrir la cuota mensual que se expende a precios subvencionados (oscila entre los 12 pesos si es a granel y los 18 pesos si es envasado y toca a 1/2 libra por persona y mes) por la libreta de abastecimiento.
De esta forma, las autoridades cubanas cubrirán la distribución de aceite correspondiente a los meses de mayo y junio de este año en seis de los 15 municipios de La Habana, que, en total, tiene 1.930 bodegas para atender 680.026 núcleos familiares.
El Ministerio de Comercio Interior ha reconocido en una breve nota publicada en su página web que la decisión de vender aceite de donación ha sido una "alternativa" encontrada para poder abastecer a la población de los productos subvencionados en formatos de un litro, medio litro y litro y medio, según las características del núcleo familiar.
En este sentido añaden que han tenido que apelar a esta "alternativa" debido a una supuesta rotura en la línea de envasado en el formato de un litro, del aceite que corresponde a la canasta familiar.
Asimismo, aseguran que se comprometen a reponer el aceite utilizado de la donación del organismo dependiente de la ONU en cuanto se restablezca la producción de la fábrica, sin aclarar en qué fecha podría tener lugar esa restitución.
Tampoco explican la fecha en que este aceite de donación llegó a Cuba y por qué no ha sido distribuido entre la población.
Hay que recordar que este 23 de abril el Gobierno cubano anunció la llegada a la Isla de una donación de aceite de cocina valorada en un millón de dólares; procedente de Rusia e incluido en la ayuda que llega a la Cuba desde el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Andrey A. Guskov, embajador ruso, dijo entonces que se trataba de 253 toneladas de aceite de girasol y 430 toneladas de harina de trigo. La prensa cubana adelantó entonces que todo estaba listo para su distribución sin especificar que se vendería en las bodegas.
Reacciones en redes sociales
Las reacciones de los cubanos ante la advertencia de prohibida la venta de aceite de donación que han comprado en las bodegas no se ha hecho esperar.
El internauta Ángel Guerrero ha compartido en su muro de Facebook una imagen de las botellas de aceite de donación comercializadas en La Habana y en ellas puede verse el etiquetado en ruso, pero también el sello del Programa Mundial de Alimentos en inglés.
En su opinión, la comercialización de aceite de donación es "una acción indecorosa" y una falta de respeto a las ONGs que recaudan dinero de personas anónimas para acabar con el hambre en el mundo.
De hecho, el Programa Mundial de Alimentos se autofinancia con donaciones 100% voluntarias. Por cada dólar que una persona dona, 64 céntimos se destinan a paliar el hambre en el mundo; 2 céntimos a procesar la donación; 6 céntimos a administrar el Programa Mundial de Alimentos y los 28 restantes a obtener otro dólar.
CiberCuba se ha puesto en contacto con la Organización Mundial de Alimentos para conocer si autorizan la operación de venta de aceite donado a Cuba y al momento de publicar esta noticia no había recibido respuesta del organismo dependiente de la ONU.
Cuba y su problema con las donaciones
No es la primera vez que Cuba vende productos procedentes de donaciones. En septiembre de 2017, el Gobierno de la Isla admitió que estaba vendiendo la ayuda humanitaria recibida tras el huracán Irma.
La explicación la convirtió en la resolución ministerial (645/2017), que venía a modificar una anterior de 2015 y que establecía, entre otros, que las donaciones que llegaban de dentro y fuera del país a los afectados por catástrofes naturales no serían completamente gratis porque a los damnificados no se les cobraría el producto que recibían, pero sí los gastos de distribución y transporte.
Ese fue el argumento que encontraron para justificar la venta de ropa de segunda mano y de productos como cocinas y colchones que se distribuyeron entre personas que perdieron todo tras el huracán Irma, o la comida que vendieron a precios "módicos" (5 pesos) a los residentes en Centro Habana al día siguiente de que el mar inundara completamente sus casas. Esto provocó airadas críticas al Estado.
Ante el escándalo provocado por la venta de donaciones, al gobernante Partido Comunista no le quedó más remedio que rectificar y publicar una nueva resolución ministerial (700/2017) que aclaraba que las donaciones se distribuirían entre la población sin coste alguno para los damnificados.
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