El médico cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, expulsado de su trabajo por criticar las deficiencias de la salud en Cuba, se reunió el miércoles con la Comisión Provincial de Salud en Granma, donde reiteró sus puntos de vista sobre los problemas de la sanidad en la isla y se negó a la posibilidad de que le pueda ser invalidado su título de médico.
“Yo dije simplemente lo que está pasando, lo que es la verdad, lo que está pasando en los centros de aislamiento, lo que está pasando en los hospitales, lo que está pasando en los consultorios”, dijo Figueredo Izaguirre durante una transmisión en directo en Facebook, en la que reiteró que la sanción impuesta -en trámite de apelación- obedece a una motivación política de fondo y no a su desempeño real como médico.
“Esta injusticia no se la van a hacer a más ningún colega, aunque ya no pertenezcamos al sistema de Salud, nosotros vamos estar pendientes de eso, de que no le vuelva a pasar a más nadie”, dijo en referencia a sí mismo y a otros médicos víctimas de injusticias similares en los últimos tiempos. Manifestó, además, su voluntad de apoyar al gremio de médicos de la isla aunque deje de pertenecer al sector de la salud.
Durante la reunión, leyó la apelación que le redactó el abogado y se pronunció sobre la palabra “reprimir” usada previamente por las autoridades para referirse a su caso, palabra que “solo se usa en dictadura”, indicó.
“Gane o pierda yo voy a echar la pelea para que por lo menos esta palabra no la vuelvan a utilizar con más ningún médico y con más nadie”, dijo.
Figueredo Izaguirre dice que el sistema de salud de Cuba a él no lo representa y que, sea cual sea del resultado de la apelación en curso, ya él decidió abandonar el sector de la Salud. “Voy a seguir defendiendo al gremio de los médicos. Tienen mi apoyo moral y siempre estaré con ustedes”, añadió Alexander Jesús, quien dice que seguirá viendo pacientes que vengan a verlo a su casa, y que lo seguirá haciendo porque él es médico hasta que se muera.
“No hay razón de ninguna índole, no hay explicación de nada para que me invaliden mi título”, y refirió su trayectoria y el trabajo que le dio estudiar para que ahora venga un “guanajo” a decirle que ya no es médico. No solo no va a quemar su título -como amenazó con hacer- sino que además ya sacó el documento de su casa por si quisieran quitárselo a la fuerza.
El médico explicó que en varias ocasiones le han dicho “contrarrevolucionario” en los últimos días y precisa que ese es un concepto erróneo porque, aunque él tenga una forma de pensar diferente, revolucionario es aquel que modifica algo para bien, no quien quiere "Continuidad" a toda costa y seguir con algo que está mal hecho.
“Si ellos que nos representan no quieren cambiarlo, entonces nosotros haremos por cambiarlo con la verdad”, concluyó.
La medida tomada contra Alexander Jesús Figueredo tiene que apelarla en el gobierno municipal, y no en la dirección de Salud, lo que en su opinión confirma que se trata de una sanción política y no laboral.
Ante la posibilidad de ser invalidado para ejercer la Medicina en Cuba por publicar comentarios que, según los cuadros del PCC, "menoscaban el prestigio del sistema de salud cubano", el Dr. Figueredo hizo recientemente un llamado a todos los defensores de los Derechos Humanos y a todas las sociedades médicas. "Por favor (...) hagan conocer lo que están haciendo con los médicos en Cuba. Por tan solo exigir un derecho para los médicos y sus pacientes", había señalado el médico en una transmisión en directo previa.
Figueredo Izaguirre fue expulsado de su trabajo en el Policlínico 13 de marzo, de Bayamo, por haber denunciado irregularidades en el sistema de Salud, que no hizo, según sus censores, por los canales que los cuadros del Partido Comunista de Cuba (PCC) consideran que son los adecuados.
También le acusaron de incumplir sus "tareas, funciones y obligaciones" y de haber compartido el 15 de abril con sus pacientes del consultorio médico número 1, las carencias a las que se enfrenta el personal sanitario en Cuba.
Las autoridades provinciales indicaron que el comportamiento del doctor Figueredo causó rechazo entre sus colegas de trabajo, consideran que obró "de mala fe" y llegaron a afirmar que "debe ser reprimido con la severidad que el momento histórico requiere" para evitar que sirva de inspiración a nuevas protestas.
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