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La ciudad de Tampa está a la búsqueda de un nuevo recinto para una famosa estatua que el escultor cubano Teodoro Ramos Blanco realizó en 1930 en homenaje al Día de las Madres.
La estatua, titulada Honor a las Madres, fue un regalo hecho a la ciudad de Tampa por la Orden Caballero de la Luz de Cuba, en 1948, y desde entonces dio origen a una tradición local de tributo a las madres que se mantuvo por seis décadas.
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Pero su suerte ha terminado en un almacén local, a la espera de hallar un espacio adecuado donde ser colocada.
Cada año los ciudadanos de Tampa la visitaban y dejaban flores en su base en la fecha del Día de las Madres, que en Estados Unidos y Cuba se celebra el segundo domingo de mayo.
Pero la tradicional ofrenda de los tampeños al pie de la estatua no se ha podido realizar los últimos dos años. En 2019, la escultura tuvo que removerse de su hogar en el Club Alemán Americano, debido a que la ciudad arrendó el edificio.
“Cuando la ciudad se mudó de este lugar, la obra de arte tuvo que ser removida para su seguridad”, dijo a CiberCuba Robin Nigh, gerente de artes y asuntos culturales en Tampa.
No ha sido la primera vez que la escultura tuvo que ser reubicada en su larga historia. Originalmente Honor a las Madres fue instalada en el Parque Plant en la Universidad de Tampa, pero a principios de los años 60 la estatua se reubicó para permitir el ensanchamiento de Kennedy Boulevard, dijo Nigh.
Luego el monumento encontró un nuevo hogar en el Centro Español, en la Avenida 7 de la ciudad. Allí permaneció hasta 1998, cuando fue reubicada para dar espacio a un nuevo proyecto de urbanización.
Ese mismo año, la estatua encontró un hogar en el Club Alemán Americano, tras ser aprobada su reubicación por la Comisión del Barrio Latino y el Comité de Arte Público. El encargado del desarrollo del Centro Ybor, Jay Miller, pagó entonces por la reubicación.
Pero este Día de las Madres no tendrá flores en su base, pues está en un depósito esperando su nuevo hogar. Nigh dijo que le gustaría encontrarle un lugar en un área culturalmente importante para los cubanoamericanos.
“Estamos buscando lugares en Ybor y West Tampa”, dijo Nigh. “Un espacio tendrá que ser diseñado para la estatua. Y esto toma tiempo y planificación”.
Nigh espera encontrarle una nueva ubicación antes del Día de las Madres del próximo año, y dijo que considera a la estatua "como una vieja amiga".
“Esta obra de arte es culturalmente significativa” dijo Nigh. “Estéticamente, habla de la época en la que fue creada, y tiene una vibra art deco”.
El Art Deco fue un estilo muy popular en los años 20s y 30s del pasado siglo, y marcó la creación modernista de muchos artistas de la época.
Teodoro Ramos Blanco (1902-1972) es considerado uno de los iniciadores de la vanguardia escultórica cubana, junto a figuras como Juan José Sicre y Florencio Gelabert, y un pionero en el tratamiento del tema negro en el movimiento pictórico de la isla.
En 1928 se graduó de la Escuela de San Alejandro en La Habana, donde estudió bajo la tutela de la profesora y escultora Isabel Chappotín. Tras ganar el concurso nacional para el monumento a Mariana Grajales, viajó a Europa y fue reconocido con una medalla de oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929.
Un año después realizó su primera exposición personal en la Casa de España, en Roma, y viajó luego a México y Estados Unidos.
Entre sus obras se cuentan las cabezas escultóricas de Enrique José Varona y Juan Gualberto Gómez y piezas de tema negro (Venus, Negra Vieja, Negra Triste, Lo eterno), que se consideran clásicos de la escultura moderna cubana.
Sus esculturas se encuentran en la colección del Museo de Bellas Artes de La Habana, en la ciudad de Baltimore y en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Por su historia, Nigh piensa que Honor a las Madres es una pieza muy importante y una obra representativa del pueblo cubano. La escultura de seis pies de altura fue realizada en piedra caliza y colocada sobre una base de mármol.
“Creo que la obra de arte habla mucho sobre la fuerza de la familia cubana”, dijo Nigh. “Eso es algo que debería celebrarse y, sinceramente, debe ser un modelo para todos nosotros”.
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