El doble campeón olímpico cubano Robeisy Ramírez dio otro paso en su camino hacia la cima de los pesos plumas (126 libras) al derrotar por decisión unánime de los jueces al boxeador estadounidense Ryan Lee Allen en Las Vegas.
Ramírez se vio todo el tiempo en control de la pelea, que culminó tras los seis asaltos pactados con votaciones de 60-53, 59-54 y 60-53, un resultado que permite al púgil caribeño de 27 años seguir escalando hacia el nivel en que se disputan los títulos.
Ciertamente, el cubano no precisó de un gran barraje de golpes; más bien, se basó en la precisión de su pegada, su fina técnica (característica de los peleadores formados en la mayor isla caribeña) y sus veloces desplazamientos por el encerado.
Ahora el cienfueguero acumula siete victorias (cuatro KO) y apenas una derrota (en su primer combate) como profesional, luego de desertar en 2018 de una delegación oficial cubana que entrenaba en México.
Top Rank Boxing, que representa al cubano, celebró el triunfo de uno de los principales prospectos entre los pesos plumas, si bien Ramírez trazó desde muy joven una brillante y meteórica carrera en el boxeo amateur, que incluye los oros olímpicos en Londres 2012 (52 kilogramos) y Rio de Janeiro 2016 (56 kg).
“El Tren Ramírez” dijo antes de esta pelea —parte de una cartelera de ocho, transmitida este sábado en la noche por ESPN— que su sueño es llegar a convertirse en campeón de su categoría y luego unificar los títulos de las diversas organizaciones del boxeo profesional.
La oferta principal de la velada sabatina fue el combate de unificación en las 140 libras entre el escocés Josh Taylor y el mexicano-estadounidense José Ramírez, decantada también por decisión unánime (114-112 x 3) a favor del británico.
Taylor llevó dos veces a la lona a su rival (sexto y séptimo rounds) en una pelea que no por ello dejó de lucir ajustada en las retinas de los televidentes y del público reunido en Virgin Hotels de Las Vegas.
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