Jeffrey Heim, un joven de 25 años residente en Florida, se salvó de puro milagro del feroz ataque de un cocodrilo que le mordió la cabeza mientras buceaba en el río Myakka.
La lesión conllevó 35 puntos de sutura y una fractura menor de cráneo.
Heim relató, en declaraciones a varios medios locales, que se acababa de meter al agua cuando de repente, al salir a tomar aire, sintió como si se estrellara contra él un bote a 50 millas por hora.
“Uno nunca comprende el poder de un animal salvaje como ese hasta que está en su boca”, dijo Heim.
“Me levanté para respirar y sentí como si me golpeara un bote. Me sentí como una hélice en la cabeza y me tiró hacia abajo", añadió.
El joven cuenta que comenzó a moverse muy despacio, de tal manera que no pareciera que se trataba de una presa huyendo y fue así como logró salir del agua sin que el animal volviera a atacarlo.
Una vez en la orilla, fue auxiliado de inmediato por varias personas, quienes llamaron al 911.
En el momento en que fue atacado, Heim se encontraba buscando dientes de tiburón Megalodon fosilizados, que es una de sus aficiones.
Admite que él se equivocó invadiendo el espacio del cocodrilo, y cree que probablemente lo atacó una hembra que estaba cuidando sus huevos, pues estamos en la temporada de apareamiento.
El joven Jeffrey Heim dice sentirse afortunado, porque de haber quedado inconsciente con el golpe o de haber sufrido alguna mordedura más grave, cree que lo más seguro es que no estuviera contando la historia.
Heim dijo que si bien el cocodrilo podría haber tomado fácilmente una de sus extremidades, su cráneo era lo suficientemente fuerte como para soportar los dientes del cocodrilo.
"Creo que me golpeó justo en el lugar perfecto", dijo. "Alguien estaba vigilando".
El joven asegura que al menos durante un tiempo hará caso a su madre y no volverá a bucear en un río.
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