Un gol prematuro de Guido Martínez definió el desafío entre Argentina y Uruguay que acaba de finalizar en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, como parte de la segunda jornada del grupo A en la Copa América.
Chocaban los dos máximos ganadores del torneo, y en cada equipo había un par de estrellas en ataque. Los albicelestes exhibían a Messi y Lautaro Martínez; los charrúas, a Suárez y Cavani. Seamos honestos, era difícil pedir más...
La primera parte fue para Argentina, y no solo porque sacó ventaja en el score. Cierto es que apenas a los 13 minutos La Pulga sacó un centro que Guido Rodríguez (sustituto del lesionado Leandro Paredes) acertó a cabecear con potencia en un despiste de la zaga rival, pero esa no fue la única ocasión de que gozaron los pupilos de Lionel Scaloni.
No señor. Lautaro -que en el debut había estado fallón versus Chile- desperdició cuando menos dos chances, y alguna que otra vez Muslera debió detener disparos peligrosos como el de una contra conducida por Messi que remató Nahuel Molina, uno de los tres cambios introducidos en defensa por el cuerpo técnico argentino.
En general, los muchachos del Maestro Tabárez lucieron atenazados en este tramo del encuentro, hasta el punto de que su única ocasión real se produjo a la altura del 42’, a través de un zurdazo desde fuera del área de Rodrigo Bentancur.
Dicho sea de paso, los uruguayos reclamaron un posible penalti (m.26) de Guido sobre Cavani, pero en la repetición quedó claro que el delantero del Manchester United se dejó caer.
No obstante, restaban 45 minutos para que la garra charrúa sacara las uñas, y ese sería precisamente el examen a pasar por la usualmente dubitativa retaguardia de los blancos y azules. No obstante, la historia se mantuvo inamovible, con una Argentina que arremetía colgada de la imaginación de Messi y un Uruguay que lamentaba la mala noche de su letal dupla de artilleros.
1x0. Pálido juego para un clásico de tanta magnitud, pero tres puntos que le vienen de maravillas a la escuadra de Scaloni.
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