El gobierno de Estados Unidos ratificó su decisión de mantener el embargo a Cuba, al votar en contra de la resolución que presentó la Isla en la Organización de Naciones Unidas.
Por vigesimonovena vez en la Asamblea General de la ONU, la administración norteamericana defendió su postura ante el régimen castrista, la cual, según explicó el representante estadounidense Rodney Hunter, forma parte de un conjunto de herramientas para promover la democracia, el respeto a los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer las libertades fundamentales.
"Las sanciones son una de las herramientas en un esfuerzo más amplio hacia Cuba para promover la democracia, promover el respeto a los derechos humanos", dijo Hunter, antes de añadir categórico: "Por lo tanto, nos oponemos a esta resolución".
El diplomático aseguró que su país reconoce los desafíos que enfrenta el pueblo cubano, y aseguró que por eso su país es uno de los principales socios comerciales de la Isla, a la que llegan cada año miles de millones de dólares en exportaciones.
"Estados Unidos es un importante proveedor de bienes humanitarios para el pueblo cubano y uno de los principales socios comerciales de Cuba", subrayó.
La votación del proyecto de resolución 'Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba' terminó, como se preveía, con una rechazo mayoritario de la comunidad internacional al embargo.
Además de Estados Unidos, el único que votó en contra fue Israel, mientras Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron. El resto de países, 184 en total, dieron su aprobación al texto presentado por La Habana.
Al exponer el documento, el canciller cubano Bruno Rodríguez calificó al embargo de "una guerra económica de alcance extraterritorial contra un pequeño país" y lo responsabilizó del "desabastecimiento y la inestabilidad de productos imprescindibles y de primera necesidad, visibles en largas colas que a diario agobian a los cubanos en medio de la pandemia".
Este tema se analiza en la Asamblea General todos los años desde 1992 -a excepción del año pasado, por la pandemia-, y siempre ha resultado en una victoria para la dictadura castrista.
En 2019, cuando Donald Trump mantenía su línea de política dura contra la dictadura, Michael G. Kozak, subsecretario interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, aseguró que la votación era "propaganda del régimen cubano" en la ONU para distraer de los "problemas reales que enfrenta el pueblo cubano, como continuos abusos a derechos humanos, incompetencia económica y encarcelamiento de activistas políticos".
La única vez que Estados Unidos se abstuvo fue en 2016, durante el acercamiento entre Washington y La Habana promovido por la administración de Barack Obama.
La votación en la ONU solo tiene peso político, el único con potestad para quitar el embargo es el Congreso de Estados Unidos.
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