Periodista cubano Héctor Luis Valdés Cocho denuncia agresión sexual en estación policial de La Habana

El periodista independiente intentó establecer una denuncia formal de esta agresión sexual y los oficiales de la policía cubana se negaron a aceptar sus declaraciones.

Patrulla de la policía / Héctor Luis Valdés Cocho © Facebook Héctor Luis Valdés
Patrulla de la policía / Héctor Luis Valdés Cocho Foto © Facebook Héctor Luis Valdés

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Este artículo es de hace 3 años

El periodista independiente cubano Héctor Luis Valdés Cocho denunció una agresión sexual que sufrió en la estación policial del Municipio 10 de Octubre, en La Habana.

Valdés fue detenido este domingo cuando intentaba cubrir como reportero la gestión de activistas cubanos que se dirigían al centro de operaciones de la contrainteligencia en La Habana, Villa Marista, para indagar las razones por las que mantienen preso al artista Hamlet Lavastida.


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El periodista confesó haber sentido miedo en esta ocasión y dijo haber visto el rostro más negro de la maldad y el lado más oscuro del ser humano, mientras estuvo detenido en los calabozos de la unidad policial de Aguilera en 10 de Octubre.

"En cuanto llegue fui bajado hacia los calabozos pero antes desnudado sin autorización alguna para ellos comprobar que no trajera encima ningún dispositivo de grabación. Me pusieron en una celda sólo, según ellos para prevenir que me contagie con el virus", comentó Valdés en su testimonio.

El joven narró que poco tiempo después entraron a la celda dos hombres que rondaban los treinta años y que en su aliento pudo sentir olor a alcohol.

"Al momento comenzaron a ofenderme por mi orientación sexual, me decían que mi cara les era conocida de algún sitio; hasta que uno de ellos, el más fuerte, me preguntó que si yo era el pajarito de las redes sociales, la damita que vivía en San Isidro. Al ver que yo no les contestaba comenzó lo que hasta este entonces sería para mí, el capítulo mas espantoso de mi vida", confesó Valdés.

"Uno me tomó por los brazos y me pegó a la pared, mientras el otro intentaba tocarme los glúteos, mientras me decían en el oído que ellos sabían como tratar a las princesas. Aún siento su hedor, juraría que olían alcohol; no puedo ni podré olvidar el aliento de uno tratando de, con su lengua, tocar mi cuello. No atiné a nada solo a gritar, apenas me salía la voz entre los sollozos y al escuchar los gritos llegaron dos policías y me sacaron de ahí, uno de ellos sonriendo. Todo era muy turbio, oscuro, como preparado", comentó el periodista independiente.

Valdés narró que al llevarlo frente al oficial carpeta pidió hacer una denuncia de lo que había vivido en el calabozo y se la negaron. Los agentes de la policía cubana le dijeron que no tenía moral para hacer una denuncia semejante.

"`Con qué moral iba a denunciar, que lo que yo hacía era denunciable y ellos no me iban a denunciar a mí´. Una oficial que se encontraba al lado le decía al de la Seguridad que `no me hiciera caso, que a lo mejor ese era el resultado a una provocación mía´(chapilla 10117)", narró el activista.

Valdés asegura que los oficiales de la policía cubana sabían perfectamente lo que había ocurrido en la celda y que fueron los causantes de tan desagradable momento.

"En esta mierda de país una denuncia echa por una persona como yo, que disiente, no tiene validez para ustedes, por eso se aprovechan para perpetuar estos actos mezquinos. ¡Son peores que Batista! ¡Asesinos hijos de puta! De aquí no me mueven más sino es para llevarme a mi casa, me entendiste!", cuenta el periodista que les gritó a los oficiales.

Valdés se cuestionó qué institución en Cuba vela por que este tipo de actos realizados a personas que disienten sean penalizados. No encontró respuesta.

El domingo además de la detención arbitraria a Valdés, la Seguridad del Estado arrestó a la artista Tania Bruguera y a la escritora Katherine Bisquet y la curadora Camila Lobón, al intentar salir de sus casas.

Las detenciones coinciden con la concentración de activistas en Villa Marista, en La Habana, donde se encuentra prisionero desde el sábado, el artista Hamlet Lavastida, "bajo un proceso de investigación".

Lavastida se encontraba en un centro de aislamiento cumpliendo la cuarentena por coronavirus impuesta por el Estado para quienes llegan a territorio nacional desde otros países. Regresó de una beca en Alemania la pasada semana y el sábado debía abandonar el centro de aislamiento pero la Seguridad del Estado se presentó en el lugar y lo trasladó a Villa Marista.

La detención fue informada a su madre a través de una llamada telefónica de un agente de la policía y no argumentaba en las razones de la misma.

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