El doctor Alexander Jesus Figueredo Izaguirre denunció este jueves el caso de un paciente bayamés que ha tenido que vivir ocho meses con una sonda puesta, sin antibióticos y sin atención médica especializada,
Durante la emisión de Las mañanas de CiberCuba, el médico granmense señaló su preocupación por la situación de algunos enfermos de urología que han contado con las recomendaciones del galeno, hace poco expulsado del sistema de salud por denunciar las pobres condiciones sanitarias en la atención de salud.
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Los casos expuestos por el doctor Figueredo añaden nuevas evidencias de la crisis sanitaria que afecta el suministro de medicamentos y la atención de salud en Cuba.
“He ido a casa de pacientes a atenderlos y han venido pacientes aquí a mi casa o se comunican por diversas vías, WhatsApp o Messenger pidiendo ayuda y no son 10 ni 15; son bastantes”, dijo el doctor y agregó que se trata de personas “que están en situaciones que a veces ellos mismos desconocen la gravedad de su enfermedad”.
Uno de ellos, explicó el doctor, “lleva sondeado más de 8 meses”, y precisó que “la sonda es un cuerpo extraño que se introduce a través de la uretra....para evacuar la orina, por una imposibilidad de la próstata”.
El doctor Figueredo agregó que, además de la sonda, “este paciente lleva ocho meses sin antibióticos porque no hay antibióticos, ni ningún tipo de medicina, y sin ninguna consulta urológica”.
La imposibilidad de acceder a un especialista se debe a las medidas de contención de la pandemia, por lo cual, precisó el galeno. “se han suspendido la mayoría de las consultas con las especialidades quirúrgicas” lo cual perjudica el seguimiento del estado del paciente y retarda procedimientos médicos.
“Son meses de prolongación y al final ese paciente no sabe que esa vejiga con más de ocho meses sondeado” puede traer consecuencias negativas para su salud, dijo el médico y agregó que estos casos ameritan “atención médica urgente y yo me he brindado en solidaridad”.
Además de brindar asistencia médica, el doctor recibe donativos de medicamentos de personas que ya no los necesitan y los dona a quienes les hagan falta; a veces debe comprarla para que a los enfermos no les falten y, de esta forma, aliviar la incertidumbre de decenas de cubanos.
“Me llegan medicinas de la misma población y yo se las entrego a estos pacientes, y cuando no aparecen estos donativos, simplemente por el mercado negro, de gente que trae medicinas de otros países, yo las pago”, precisó.
El galeno explicó que puede sufragar estos gastos gracias a los ahorros que le quedan tras cumplir contrato estatal en Venezuela, como parte de la brigada médica cubana en ese país.
“Estoy sobreviviendo con un dinero que queda todavía de la misión que tuve porque este gobierno después que me expulsó no se ha acercado a saber con qué me estoy alimentando ni con qué está alimentando mi esposa y mis hijos”, denunció.
Para el doctor Figueredo, el desamparo de los pacientes no solo se debe a la escasez de medicamentos y recursos en el sector de la salud, sino también a la decisión del gobierno de prescindir de sus profesionales de la salud cuando les son incómodos, como ha sido su caso y el de tantos otros.
“En medio de una pandemia con la necesidad de recursos humanos que hace falta, aparte de medicinas y de recursos médicos, dejan a sus médicos expulsados fuera del sector”, sentenció.
El doctor Figueredo fue expulsado del sector de salud en abril y sancionado a cinco años de prohibición del ejercicio de su profesión. Durante la reunión de expulsión le fue comunicada la decisión de las autoridades de salud de su provincia de una petición al ministro de salud para que su título fuera invalidado y así imposibilitarlo de ejercer como médico con carácter permanente.
La verdadera razón de la medida punitiva fue las denuncias del galeno por la falta de recursos en los centros de salud que atentan contra los pacientes y la labor de los médicos cubanos. Los sanitarios Johan Pérez Leyva y Alexander Pupo Casas también fueron separados de sus centros de salud por motivos similares.
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