Shayla Silva, una mujer de 29 años, murió el domingo 4 de julio presuntamente como consecuencia del ataque de un cocodrilo en un embalse en la ciudad de Valrico, al este de Tampa, en Florida.
Autoridades del condado de Hillsborough precisaron que el cuerpo de la mujer fue encontrado poco después de las 8:40 pm y que sus heridas son compatibles con un ataque de cocodrilo, aunque las autoridades no han determinado la causa oficial de la muerte, que está bajo investigación a la espera de un examen de la Oficina del Médico Forense.
El cuerpo fue encontrado en un estanque de retención -frecuentado por cocodrilos- que está situado detrás del Landing Bar and Grill, a unas 20 millas de Tampa. Los familiares de la fallecida dijeron que a menudo nadaba en el estanque.
Un equipo de recuperación bajo el agua que trabaja con la Oficina del Sheriff del condado de Hillsborough pudo recuperar el cuerpo, según un comunicado de prensa.
De acuerdo al canal Local 10, la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, en inglés) envió al embalse a uno de sus especialistas en atrapar cocodrilos, como siempre que ocurre algún incidente de estas características.
Florida tiene una población de cocodrilos que se calcula en 1,3 millones de ejemplares de todos los tamaños, que está repartida por los 67 condados del estado.
La agencia estatal autoriza su captura solo si mide más de un metro de largo y supone una amenaza para las personas, mascotas o para propiedads.
Sobre la interacción entre humanos y caimanes, FWC indica que desde 1948 hay más de 20 casos documentados de muerte de personas a causa de ataques en Florida. Uno de los casos más dramáticos ocurrió en 2016 en un hotel del parque Walt Disney World de Orlando.
El 14 de junio de ese año el niño Lane Thomas fue arrastrado hasta el agua por un cocodrilo cuando se encontraba con su familia a orillas de un lago artificial en el complejo hotelero Grand Floridian Resort & Spa en Orlando, propiedad de Disney.
Sus padres saltaron al agua y trataron de liberar al niño de las fauces del caimán, de 2 metros de largo, pero no lo consiguieron. El cadáver del menor fue encontrado 16 horas después por submarinistas en el fondo del lago. A partir de ese trágico suceso se instalaron cercas metálicas alrededor de lagos y estanques y se colocaron señales para advertir de la presencia de caimanes y del peligro que representan, así como la prohibición de baño en esas aguas.
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