Gina Martínez tiene brazos largos y piernas aún más largas. Come todo lo que quiere, por lo que debe su morena esbeltez a la genética y al rigor con que cuida de su cuerpo. Y un detalle importante: Gina adora explotar su cerebro.
Tres años y más de 28 mil seguidores han pasado desde que creara un perfil en Instagram como Gigi Maduq. “En ninguna escuela ni universidad he podido expresarme tanto como ahí”, asegura. Comunicadora de profesión, es a día de hoy una de las influencers más populares de la isla, no por las muchas fotos en bikini que ha publicado (que han ayudado, claro está), sino por lo que ella denomina “la pluma”.
“La pluma” de Gigi no es más que el conjunto de posts que comparte regularmente para trasmitir su percepción crítica de Cuba. Para la instagramer, carece de sentido ser influencer sin generar buenos contenidos.
Tal vez porque las clases de Economía Política eran sus favoritas habla de dólares y tiendas con bastante soltura. “La verdad lo que me gusta es que la economía funcione porque esa sí es la base de todo”, señala.
Lo más plausible de Gigi es su sentido de la justicia. “Cuando me equivoco, lo acepto y pido disculpas. Además, denuncio lo que veo que es injusto para mí y/o para todos”, explica en exclusiva a CiberCuba.
Aunque Gigi baila bien, hubiera querido estudiar danza en la academia. “Siento profunda admiración por ese arte”, afirma la joven a quien el amor de su madre y el sentido del humor la han salvado de “absolutamente todo”.
-¿Qué es lo más triste y lo más alegre que recuerdas de tu infancia?
Algunas de las escenas más tristes tienen que ver con el divorcio de mis padres. Pasé por una crisis en la que no quería entrar a la escuela: mi padre me llevaba y cuando estábamos en la puerta yo no me quería separar de él, seguramente porque pensaba que al entrar y salir ya no iba a estar allí. Las más alegres son de cuando tenía triunfos escolares, era la mejor de la clase, me subían al matutino o me daban un premio. Siempre he sentido que el reconocimiento al mérito es justo y que si eres el mejor mereces distinción.
-¿Qué fue lo mejor que te dio estudiar comunicación?
Entender la manipulación de los medios (todos, incluyendo redes sociales) y saber maniobrar y establecer un discurso. Y, por supuesto, dos o tres amigas para toda la vida.
-¿Cuál es la principal regla que sigues como modelo?
En mi caso el mito de que la modelo no come, se derrumba. Nunca en mi vida he seguido dietas. La disciplina para mí es lo más importante: seguir entrenamientos, tratar de llevar un estilo de vida saludable (o lo más saludable que se pueda en nuestras condiciones), intentar perfeccionar siempre la técnica para caminar y posar. Eso requiere disciplina y perseverancia.
-¿Crees que hay belleza más allá de los cánones que hasta hoy han regido la moda?
La moda, como la palabra lo indica, cambia, evoluciona y se modifica con los tiempos. Hoy la palabra inclusión es la moda. Y lo digo objetivamente. Inclusión en el lenguaje, inclusión en las comunidades, inclusión en partidos políticos, inclusión, inclusión, inclusión. Por supuesto que la moda como industria también se apropiaría de la moda cultural, porque son dos cosas ligadas. Que hay belleza más allá de los cánones establecidos, claro. Yo me considero un ejemplo. Mi madre es un ejemplo. Hay millones de ejemplos. ¿Una mujer gorda es bella? Por supuesto. ¿Una mujer gorda puede ser modelo hoy día? Claro, hay muchísimas. Las marcas están en su derecho de utilizar cualquier tipo de imagen que satisfaga sus objetivos comerciales y eso todas las modelos lo tenemos claro, lo aceptamos y lo compartimos.
-¿Qué te motivó a hacer de un perfil en una red social una forma de expresión?
La propia necesidad de expresión. Cuando me di cuenta que la plataforma se podía convertir en mi principal foro de audiencia y que también ahí las personas querían encontrar un discurso sólido más allá de una foto. Yo comencé posteando mis trabajos como modelo para atraer posibles clientes, pero cuando di rienda suelta a “la pluma” me di cuenta de que mi público estaba ávido de algo como eso, que era único, que nadie más lo hacía. Desde entonces entendí que mis conocimientos y mi talento en la escritura me iban a dar más frutos que mi trabajo como modelo. Creo que así me he convertido en la voz de muchos cubanos que me siguen.
-¿Qué crees tú que necesita uno para ser una influencer, digamos, responsable?
Entendamos primeramente que incluso un influencer de moda y belleza es un influencer responsable (aunque en este país hay muy pocos influencers de este tipo verdaderamente porque la moda como industria aquí es un espejismo). Que otros no tengan dónde encajar un contenido vacío y se les coloque el cartel de influencer de moda es otra cosa. Para mí un influencer responsable es aquel que construye un discurso sólido en la red transmitiendo mensajes sobre un tema a una comunidad. Debe ser constante y tener un contenido específico: salud o bienestar, fitness, activismo social, humor. Hay miles de categorías. Que entremos a su perfil y sepamos identificar a la primera de qué va. Y luego, la responsabilidad social que todos debemos tener no solo con nuestra audiencia sino con nuestro entorno en general. Eso para mí es súper importante y habla mucho de la persona detrás de un perfil. Momentos como los vividos luego del 11J demuestran que gran parte de la indolencia general está dada porque las principales figuras a quienes idolatramos son también indolentes.
-¿Crees que subir fotos desnuda o medio desnuda es la manera de hacer crecer el número de seguidores?
Subir fotos desnuda o medio desnuda es para muchos, y me incluyo, una expresión artística. Como modelo mi cuerpo ha sido siempre mi templo y también mi medio de expresión. Yo he subido muchas fotos “medio desnuda” y los seguidores no se disparan por un botón. Por supuesto que esa no es la manera, al menos no la que yo he usado para posicionarme en las redes sociales. Reitero que es muy importante elaborar un discurso. Ahora, no dejo de aceptar que las que lo hacen de esa forma responden a un público objetivo y a sus necesidades.
-¿Por qué te gusta decir lo que piensas alto y claro?
Primero porque me gusta derrumbar estereotipos, así que el estereotipo de que las modelos somos “brutas” o “solo somos una cara bonita” está fuera de combate, KO. Luego, la justicia y la libertad son derechos que tenemos todos los seres humanos y estaré siempre en contra de quienes le faltan. Visibilizarlo es válido y educar, enseñar a las personas sencillamente a que piensen por sí mismas, a que digan lo que sienten y lo que piensan o al menos ser estandarte de eso para ellos es mi mayor porqué. Por último y no menos importante, vengo de una familia donde se me ha inculcado libertad y nunca me han frenado de decir lo que pienso. No todos los jóvenes cubanos pueden decir lo mismo.
-¿Qué quieres transmitirle a tus seguidores?
Primero, que la belleza sin inteligencia no va más allá de la superficialidad. Luego, que la verdad y la dignidad están por encima de todos. La importancia de valores fundamentales como el amor y el respeto al dolor del otro. La disciplina como herramienta esencial para lograr lo que te propongas. Y sobre todo, la libertad de pensamiento.
-¿Hasta qué punto el alcance de tus redes se ve limitado dentro de Cuba?
El alcance de los reels, por ejemplo, es una muestra clara. Los reels (la función más joven de Instagram) aún están restringidos para muchísimos usuarios cubanos por lo que muchos no lo pueden ver y compartir. Afortunadamente trabajo con la empresa de comunicaciones Olle Q’ba desde hace más de un año y no tengo grandes problemas de conectividad más allá de las “interrupciones generales del servicio por orden de la máxima dirección del país” de ETECSA, pero no dejo de reconocer y denunciar que sus precios para la población son exorbitantes y totalmente alejados de la realidad.
-No te gusta hacer lo que todo el mundo hace. ¿Por qué es importante para ti la originalidad, la posibilidad de no parecerte al resto?
Porque creo que entonces alcanzas la distinción. La gente te sigue porque tienes algo que nadie tiene o que al otro le falta, un valor que te diferencia y te saca de la media. Para un influencer esta es la principal tarea: distinguirse del resto. Una vez le escuché una frase a Risto Mejide que me grabé y me encanta: “Para alcanzar el éxito tienes tres maneras: 1- ser el primero (es complicado hoy día crear algo nuevo), 2- ser el mejor (muchas apreciaciones individuales inmersas) y 3- ser original”. Creo que ahí radica el éxito, en tener un valor único.
-¿Cuánta responsabilidad encierra el saber que influyes en la opinión de miles de personas?
Muchísima. Me callo muchas cosas, aunque no lo piensen (ríe). Es muy difícil saber que una palabra tuya, dicha por supuesto desde el respeto o el impulso, puede afectar la vida o el comportamiento de otra persona.
-¿Cuál es la mayor preocupación que tienes hoy como joven mujer cubana?
Que en mi país no se respeten los derechos humanos esenciales: libertad de expresión, de reunión, de protesta. Y luego la profunda crisis sistémica que se deforma en crisis sanitaria, alimenticia, laboral, etc.
-¿Qué significa para ti la libertad?
La esencia de la vida.
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