La supercompleta Idalys Ortiz aportó la primera medalla de plata de la delegación cubana que interviene en los Juegos Olímpicos de Tokio luego de una competencia donde solo conoció el revés en el pleito decisivo.
La oriunda de Candelaria se deshizo de tres adversarias para alcanzar la final de la categoría, y allí cedió versus la japonesa Akira Sone al ser penalizada con dos shidos por pasividad y otro más por falso ataque.
En el camino habían quedado, por este orden, la portuguesa Rochele Nuñes, la china Shiyan Xu y la francesa Roman Dicko, monarca europea en 2018 y 2020, tercera en el Mundial de Budapest 2017 y reina este mismo año del World Masters con sede en Qatar.
Esta vez, el resultado tiene el mérito extra de que Idalys llegó a la cita asiática con muy poco recorrido competitivo a cuestas, pues tras la muerte de su padre debió lidiar con el coronavirus.
Así, la Mayor de las Antillas extendió su racha de Olimpiadas consecutivas con podios en el judo (comenzó en Montreal 1976), y la fornida morena de 31 años le añadió otra página de gloria a una leyenda que ahora exhibe cuatro premios estivales, repartidos en un oro (Londres 2012), dos platas (Río 2016 y Tokio 2020) y un bronce (Beijing 2008).
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