Los gobiernos de Colombia, Panamá y Costa Rica acordaron adoptar medidas conjuntas para ordenar el creciente flujo de migrantes que busca llegar a Estados Unidos a través de sus territorios, provenientes principalmente de Cuba, Haití y Venezuela.
El acuerdo, firmado por los directores de Migración de estos tres países busca “controlar del flujo de personas entre ambos territorios”, salvaguardando las medidas de salud cuando la pandemia del COVID-19 aún sigue sin control, según vozdeamerica.com.
Afectados por un inédito flujo migratorio a través de sus territorios, estos países han aceptado una “corresponsabilidad” en el asunto y han acordado actuar para atender el elevado flujo de personas con “respeto a los derechos humanos de todos los migrantes que transitan por dichos corredores”.
Conscientes de que no son “países de destino”, Colombia, Panamá y Costa Rica quieren ordenar el tránsito de los migrantes por sus territorios, acordando cuotas diarias de accesos a través de sus fronteras y reforzando la “lucha contra el crimen organizado, el tráfico y la trata de personas” en la región.
En el caso de Panamá y Colombia, ya habían acordado previamente reducir el tránsito de migrantes por el paso fronterizo del Darién a solo 650 por día durante agosto, y a 500 en el mes de septiembre. La Selva del Darién ha sido escenario de desagarradoras imágenes de migrantes cubanos cruzándola con la intención de llegar a Estados Unidos.
“Se estableció un número escalonado hacia la baja, primero, para atender la crisis, de 650, y progresivamente hacia 500 con días específicos dentro de los cuales pueden ingresar”, explicó la canciller panameña, Erika Mouynes, en conferencia de prensa según Radio Televisión Martí.
Durante la reunión de dos días, las autoridades de ambos países acordaron tomar otras medidas en coordinación con las autoridades costarricenses para evitar una crisis migratoria y de salud de grandes proporciones, promover un paso migratorio ordenado y sobre todo evitar la trata de personas.
Según autoridades migratorias de Panamá, en lo que va de año, cerca de 55 mil personas habían entrado a su territorio con el objetivo de llegar hasta Estados Unidos. El número representa cerca del 33% de la migración que ha ingresado a ese país desde 2013, lo cual ofrece una imagen elocuente del aumento del flujo de migrantes.
“Se ha llegado a un entendimiento entre los tres países en tener una responsabilidad compartida, y hemos llegado a la conclusión que tenemos que hacer un llamado a la cooperación internacional para atender estos flujos migratorios”, reiteró la directora general de Migración de Costa Rica, Raquel Vargas.
Por su parte, el Director de Migración de Colombia, Juan Francisco Espinosa, destacó que “las migraciones requieren orden, requieren coordinación” y sobre todo protección de las redes de ‘coyotes’ para evitar abusos.
La preocupación por los derechos humanos de los migrantes que atraviesan sus territorios se hace particularmente aguda en el caso de los migrantes que cruzan la frontera entre Colombia y Panamá, una zona selvática conocida como el Tapón del Darién.
Peligrosa por sus extremas características naturales y la presencia de bandas criminales y animales salvajes, la Selva del Darién resulta ahora inhóspita para los migrantes también por el rechazo de una población que empieza a manifestar actitudes de xenofobia contra ellos.
La directora de Migración de Panamá, Samira Gozaine, explicó que su país ha registrado entre 1,500 y 2,000 migrantes diarios entrando en su territorio. “Incluso, una semana recibimos 10 mil migrantes, con entradas hasta los domingos”, añadió.
Preocupante resulta también la concentración de migrantes en el municipio colombiano de Necoclí, en el departamento de Antioquia, con costas en el Mar Caribe. Según el director de Migración de Colombia la cantidad bajó de 12 mil a 3 mil migrantes concentrados en los últimos 15 días.
Aunque la mayoría de los migrantes que arriban a Necoclí son haitianos, reportes de prensa dan cuenta de la llegada de cubanos, como los últimos 18 que interceptó la Armada Nacional de Colombia el pasado 7 de agosto, que llegaron de manera ilegal en una lancha rápida.
Un día antes, las autoridades de Panamá, Ecuador, Costa Rica y Colombia firmaron un acuerdo para la protección de miles de emigrantes cubanos, haitianos y de otros países que están varados en la población de Necoclí.
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