El Hospital Provincial Roberto Rodríguez de Ciego de Ávila, uno de los tantos centros de salud cubanos que ha colapsado por la COVID-19 y la crisis económica que atraviesa el país, se encuentra en estos momentos en un proceso de reparación que busca aumentar sus capacidades de ingreso y adquirir equipos, según informó el periódico oficialista Invasor este 11 de septiembre.
El proyecto incluye la reparación de puertas, ventanas y persianas; la sustitución de llavines en áreas de acceso al recinto sanitario y las salas de ingreso; la instalación de cámaras frías para almacenar alimentos y medicamentos, de una veintena de acondicionadores de aire y de concentradores de oxígeno recién adquiridos; y la recuperación del sistema de bombeo para asegurar la estabilidad y presión en el abasto de agua.
La nota también anuncia que “se gestionan los recursos” para montar una planta de oxígeno donada al centro, que permitirá satisfacer las demandas del gas medicinal y contribuir al Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, localizado en la ciudad capital.
Acerca de los servicios de salud que se han visto afectados por la pandemia, la doctora Niury Martín, vicedirectora de Asistencia Médica, informó que el próximo 25 de septiembre se prevé la reapertura de la Sala de Especialidades Quirúrgicas, que está en reparación; lo cual permitirá contar con otras 27 posibilidades de internamiento para enfermos con COVID-19.
Por su parte, el doctor Reinol García Moreira, coordinador de las acciones de Salud Pública en el territorio avileño, dijo que, con la reducción de las complejidades epidemiológicas y el mejoramiento de la infraestructura hospitalaria, se evaluaría la reapertura del servicio de cirugía de urgencias, incluida la neurocirugía, para asumir los casos de la zona norte de la provincia.
A finales de junio de este año, Omar Ortega, un camillero de dicho centro había denunciado durante una transmisión en vivo por su perfil personal de Facebook la “situación caótica” en la que se hallaban los pacientes, en especial en la Sala de Vías Respiratorias.
Las imágenes filmadas entonces por el trabajador sanitario, quien fue detenido a principios de julio por la policía y de quien no se han publicado noticias nuevas, mostraron a un grupo de unas veinte personas acostadas en bancos y colchones de esponja en el suelo, entre las cuales había menores de edad.
Justo el 10 de agosto, Invasor publicó un reportaje en el cual confirmó la denuncia de Ortega. “Seis horas de espera por un Rayos X, dos días sin cambiar una sábana, tres guaguas de enfermos que nadie quiso en otro lugar, 48 horas de guardia médica y sin relevo, dos horas pidiendo que te den el captopril, un muchachito que te asignaron hasta para bañarte si es necesario, una sensación de ahogo más común de lo que debería, una enfermera que te busca una bránula por todo el hospital, un dolor que te abre el pecho cuando tu gente se queda en el camino mientras tú sales”, describía.
Además, el texto aseguró que en el Roberto Rodríguez se habían detectado casos de intento de robo de antibióticos y compartió testimonios de pacientes que tuvieron dificultades para acceder a los mismos.
En ese mismo mes de agosto, de acuerdo con la nota del medio avileño, que evita hablar del colapso sanitario, se empezaron las labores de “recuperación de mobiliario clínico, incluidas mesas para pacientes, escabeles, portasueros, camas, camillas y sillas de ruedas, con un total de 118 reincorporados a las operaciones intrahospitalarias”.
Las autoridades sanitarias cubanas reportaron este lunes 8 342 casos positivos a la COVID-19 y 74 fallecidos. Hasta la fecha, desde que se identificaron los primeros casos en Cuba, al menos 6299 personas han muerto por causa de la pandemia.
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