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El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) presentó este lunes su cuarto Informe sobre el estado de los derechos sociales en Cuba, en el que se aborda la profunda crisis económica y sanitaria que derivó en el estallido social del 11 de julio.
El informe, presentado en Madrid, enumera como los principales problemas que enfrenta el pueblo en la Isla la crisis alimentaria, la situación sanitaria causada por la pandemia y las consecuencias económicas provocadas por la Tarea Ordenamiento.
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"Además del clamor de libertad, el deterioro creciente de los derechos sociales fue una de las causas de las protestas cívicas de julio y está en la base del cambio político que desean o reclaman millones de cubanos. El estallido social derrumbó ante los ojos de todos la idea propagandística de que Cuba es el paraíso de los derechos sociales", dijo Yaxys Cires, director de estrategia del OCDH.
El documento es el resultado de una encuesta que se hizo a 1,141 personas residentes en las tres regiones del país, en los días previos y posteriores a las históricas y multitudinarias manifestaciones contra el gobierno en julio pasado.
De acuerdo con las entrevistas realizadas, la escasez de alimentos y medicamentos, el colapso de hospitales y centros de salud, los continuos apagones y la falta de agua en el sector residencial, fueron factores que determinaron que la gente se echara a las calles en más de 20 ciudades de Cuba.
La pésima gestión del gobierno ante la pandemia de coronavirus, sumada al desabastecimiento de medicinas básicas, desmienten el desgastado mito de "potencia médica" que enarbola el régimen.
Además, los cubanos han visto cómo su situación ha empeorado luego de la Tarea Ordenamiento y su proceso de unificación monetaria, que en la práctica solo supuso una subida de precios y salarios.
"El problema de Cuba es el sistema en su conjunto, que afecta a todos los aspectos de la vida del país. Esto amerita un proceso de cambios urgentes y profundos en los ámbitos económicos, sociales y políticos. De hecho, en una visión menos exigente, cabría plantear la renuncia del Consejo de Ministros en pleno, por el inmovilismo y la poca empatía con la gente, por el fracaso de la Tarea Ordenamiento y por el nefasto manejo de la salud pública, entendido no solamente como el colapso durante la pandemia, sino por su deterioro acumulado", precisó Cires.
La investigación del centro arroja que el 73% de la población califica la alimentación de su familia como deficiente, y que el 45% se ha privado de al menos una comida diaria durante este año.
En cuanto a la libreta de abastecimientos, el 56% asegura que solo le alcanza para cinco o 10 días en el mes.
En relación con la salud, el 79% de los cubanos, fundamentalmente los jóvenes, califican entre regular y muy mala la respuesta gubernamental a la pandemia.
La escasez de medicamentos en las farmacias provoca que ocho de cada 10 personas no puedan conseguir los fármacos que necesitan. Muchos han tenido que tomar medicinas ya vencidas, otros los obtienen por otra vía, incluidos los trueques, y un 14% los recibe de sus familiares en el exterior.
"A pesar de que la propaganda oficial se ufana de proveer de salud pública y gratuita para todos, el 43% de los encuestados afirma que ellos mismos o algún familiar cercano han tenido que pagar o regalar algo a profesionales sanitarios para acceder o agilizar alguna consulta o servicio", denuncia el informe.
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