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Como parte de las medidas de flexibilización que el gobierno cubano ha tomado esta semana, luego de nueve meses de estrictas restricciones sociales y de movimiento por causa de la COVID-19, el paseo del Malecón de La Habana vuelve a estar disponible con fines recreativos y deportivos para la población capitalina.
No obstante, se mantiene el toque de queda a las 10:30 de la noche y el uso obligatorio de mascarillas en el área, pues en el caso de playas y piscinas solo se autorizó su retirada en el interior del agua.
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Diversas han sido las imágenes que han compartido en redes sociales residentes en la provincia y medios nacionales e internacionales, que demuestran cierto retorno a la normalidad en el mítico Malecón. Un espacio que en los peores momentos de crisis ha sido la salvación de muchos habaneros.
El Malecón ha ofrecido alivio del calor en tiempos de altas temperaturas y apagones, refugio y distracción para quienes necesitan romper su rutina, consuelo para quienes sufren por algún motivo, fuerza para los devotos de la orisha Yemayá o inspiración para artistas y escritores.
Según las autoridades locales, las medidas de flexibilización responden a una tendencia al descenso de casos confirmados de coronavirus en las últimas semanas en La Habana y al avance de la campaña de vacunación.
También, en los últimos días, en la capital se autorizó la práctica de ejercicios físicos en la vía pública y en gimnasios y se reabrieron, con aforo limitado, más de 500 espacios gastronómicos de los sectores privado y estatal, pero hasta las 9:30 de la noche, para respetar el horario de restricción de movilidad.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, al cierre del 28 de septiembre, el 82,8 por ciento de la población total de Cuba había recibido una primera dosis de vacuna contra la enfermedad y el 46,4 por ciento había completado su esquema de inmunización.
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