El artista cubano Hamlet Lavastida identificó a uno de sus represores durante su detención por 87 días en Villa Marista, considerado el cuartel general de la Seguridad del Estado en La Habana.
“Este es el Teniente Coronel Francisco Estrada Portales, estuvo a cargo de todos mis interrogatorios en la sede de la OEICDCSE (Órgano Especializado de Investigación Criminal de Delitos contra la Seguridad del Estado) ubicada en Villa Marista”, denunció este domingo Lavastida en su cuenta de Twitter.
Según relató el artista cubano al periodista Carlos Manuel Álvarez de la revista El Estornudo, durante su detención fue interrogado en múltiples ocasiones, además de que en varias ocasiones le insinuaron que podía estar involucrado en actos de connotaciones terroristas, después de que propusiera marcar billetes bancarios con logotipos del Movimiento San Isidro y el 27N en un chat privado.
También sus represores lo amenazaron con 20 años de prisión por el supuesto delito de “incitación a la rebelión”, tras obtener audios de un chat privado en que el artista se expresaba radicalmente sobre las autoridades cubanas.
Igual contó que allí perdía la noción del tiempo, porque les impedían saber la hora del día, y que lo mantuvieron, junto con tres personas, en un espacio excesivamente reducido en el que solo podía desplazarse unos seis pasos en diagonal y que “la comida no era mala, pero era muy escasa”. Llegó a perder más de 10 kilos en esa cárcel de la Seguridad del Estado.
Detalló que allí, donde igual contrajo el virus del coronavirus, las paredes y puertas parecían tapiadas con madera, como una manera de insonorizar el local. Las presiones psicológicas eran tales que algunos de los detenidos pedían que los enviaran a prisión.
Después de casi tres meses en Villa Marista, Hamlet Lavastida fue recluido durante una semana en una casa de seguridad en Guanabo, al este de la capital cubana, del organismo represor del Ministerio del Interior de Cuba antes de ser desterrado a Polonia junto a su novia, la poeta Katherine Bisquet.
De esa estancia contó que lo encerraron en una habitación con aire acondicionado, con las ventanas clausuradas, y le dieron de comer alimentos de calidad, como langostas y camarones.
“Me daba vergüenza, porque tú vas por la calle mirando, tanto cuando me llevaron al centro de aislamiento como cuando iba hacia Guanabo, ves a la gente en la calle en las colas rapiñando la poca comida que hay en ese país”, dijo.
Igual comentó que ahí “te das cuenta de que en Cuba hay riqueza, pero no la tienen los cubanos. La tienen los miembros del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas (FAR). Tienen gasolina, tres y cuatro líneas de celulares, automóviles que pueden ir a cualquier velocidad sin que la policía los detenga”.
Tras varios meses de detención arbitraria en Cuba, el régimen de la isla lo liberó a cambio del destierro. Tras varias semanas de trámites con la embajada de Polonia en La Habana pudo salir del país el sábado 25 de spetiembre con una visa de reunificación familiar.
Lavastida, igual aseguró, que ya está cerca de su pequeño hijo en Polonia y agradeció a las autoridades de ese país por haber facilitado ese reencuentro.
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