Yoannia Elvira Mastrapa Calzadilla, residente en Holguín, recibió en la oficina de Correos de Cuba un paquete adulterado y le dijeron que no puede hacer una reclamación.
"Le hicieron piquetes por tres lugares distintos, por donde podían sacar y lo volvieron a sellar con precinta oscura, que no es la misma de la envoltura original del país de envío", dijo Mastrapa Calzadilla en una publicación de Facebook.
Al presentarse en la oficina de Correos los funcionarios le dijeron que no eran responsables de lo que sucedió porque ella recogió el paquete en esas condiciones, por tanto perdía todos los derechos.
Al parecer no es la primera vez que le sucede este tipo de cosas a la cubana, y con desesperación pidió ayuda para que alguien le diga qué se puede hacer en casos como este.
"Hasta cuándo Correos de Cuba e Inmigración (Aduana) nos van a seguir faltando el respeto y robando de esta manera", escribió.
Las quejas de la población cubana sobre los servicios de paquetería oficiales son múltiples y se acrecentaron tras la pandemia del coronavirus, ya que dura meses la llegada de la mercancía a la isla y su posterior entrega a los destinatarios.
Aunque el Gobierno cubano insiste en que se debe encontrar una respuesta efectiva a este asunto y priorizar el servicio, la realidad muestra que las agencias intermediadoras en Cuba están colapsadas y se acumulan los paquetes a la espera de ser tratados.
Las entidades estatales son las únicas autorizadas por el régimen para ofrecer el servicio en la isla y para ello tienen contratos con otras agencias internacionales, que no se hacen responsable de la mercancía una vez que llega a Cuba.
La prensa oficialista se hizo eco de estos retrasos y publicó artículos y caricaturas en los que se critican el pésimo servicio que se brinda a los cubanos que esperan por sus paquetes, incluso desde antes de marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia en Cuba.
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