Dos residentes del sur de Florida utilizaron una clínica de salud mental para cometer un fraude de más de 350,000 dólares al Medicaid.
Lorena Osella, de 44 años, de Ft. Lauderdale, y Juan Luis Matos, de 59 años, de Miami, se declararon culpables de estafar al Medicaid a través de un esquema de fraude en una clínica de Doral que ofrecía servicios de rehabilitación psicosocial.
Según informó el Departamento de Justicia en un comunicado, la mujer se declaró culpable de un cargo de conspiración para cometer fraude en la atención de salud, mientras que su socio aceptó su culpabilidad por un cargo de conspiración para defraudar a Estados Unidos y pagar sobornos en la atención de la salud.
Ambos reconocieron que mensualmente pagaron sobornos de 400 dólares en efectivo a beneficiarios de Medicaid, para que recibieran servicios de rehabilitación psicosocial (PSR) en la clínica Lighthouse Community de Doral, donde se atendían personas con depresión, ansiedad y otros trastornos mentales.
Osella, además, admitió que facturó al programa de seguros de salud otros 350,206 dólares en servicios de PSR que nunca llegaron a prestarse. Lighthouse había recibido 950,616 dólares de Medicaid.
La rehabilitación llamada PSR ofrece asesoramiento de grupo para ayudar a los pacientes a mejorar su capacidad para enfrentar la vida diaria.
Durante el encierro por la pandemia de coronavirus, Medicaid autorizó que este tratamiento se ofreciera por vía digital. El programa pagaría una evaluación, un plan de tratamiento y 480 horas de servicios de PSR al año.
Osella y Matos también admitieron haber recibido ilegalmente beneficios de desempleo del estado de Florida durante el tiempo en que cometieron el fraude.
Desde mayo de 2020 y durante nueve meses, casi la totalidad de las reclamaciones de Lighthouse alegaban que los beneficiarios de Medicaid recibían 16 horas de asesoramiento especializado a la semana.
Pero una investigación de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos demostró que la mayoría de las llamadas duraron menos de dos horas.
Según documentos de la acusación, los terapeutas de Lighthouse declararon que Osella les ordenó que siempre documentaran cuatro horas en las notas del paciente, aunque la sesión de terapia durara menos.
La mujer reconoció que existía un libro de contabilidad con una lista de pacientes que recibían sobornos, quién los había reclutado y cuándo empezaron a recibir los servicios de PSR.
La sentencia a ambos acusados se conocerá el 10 de enero de 2022.
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