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El gobierno de Estados Unidos pidió este jueves la liberación del rapero cubano Randy Arteaga, detenido en la provincia de Villa Clara por participar en las protestas masivas antigubernamentales del pasado 11 de julio.
Desde la plataforma social Twitter, Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, se refirió a la sentencia de siete años que la Fiscalía pide para el artista, por los supuestos delitos de desorden público y resistencia.
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“¿Cuándo el régimen cubano respetará los derechos de sus ciudadanos a expresar libremente sus inconformidades?”, cuestiona el tuit del representante de la Casa Blanca. Nichols inscribe su mensaje dentro de la campaña ¿Presos Por Qué? (#JailedForWhat?) que impulsan desde Washington, en apoyo a los presos políticos del 11J.
La iniciativa fue relanzada el pasado 8 de septiembre desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, para visibilizar los arrestos arbitrarios en la isla y hacer presión internacional a la dictadura cubana para que libere a los detenidos. La campaña fue creada en 2018 durante la administración de Donald Trump.
Randy Arteaga se encuentra actualmente en prisión preventiva. Fue acusado primero de desorden público y luego de desacato a la autoridad. Desde su detención ha sido puesto en aislamiento dos veces como castigo. Asimismo las autoridades del régimen lo han trasladado de centro penitenciario sin el conocimiento de sus familiares, quienes además no tienen comunicación directa con el artista.
De igual manera se supone que el rapero inició la semana pasada una huelga de hambre, como protesta por su arbitrario arresto y los maltratos que recibe en prisión. Su sobrina Misaday Rivera denunció que lo trasladaron a la prisión de Manacas para ocultar la realidad de su condición. En estos cinco meses, Arteaga ha padecido de COVID-19, agravando su condición de asmático, por lo que su mamá pidió el apoyo de la comunidad internacional para que intercediera por el joven.
La brutalidad del régimen con este artista contestatario, le impidió incluso asistir al funeral de su abuela, quien falleció en agosto, enferma también con el coronavirus. Randy, padre de una niña de seis años, era el principal sustento de su familia, por lo que renunció a los servicios de un abogado, para evitarle los gastos.
Gracias a la solidaridad de activistas santaclareños, se pudo organizar una colecta que permitió pagar su defensa. "Gracias a Dios logramos recaudar el dinero para ayudar a pagarlo, aunque no hay ningún avance", lamentaron en redes sociales. Quienes lo ayudan afirman que esta es una acción especialmente injusta, pues el joven rapero es muy trabajador, pacífico y noble, su único crimen es pensar diferente.
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