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El gobierno cubano admitió que el endeudamiento del país resulta un impedimento para atraer inversión extranjera, además de ser una de las razones del poco avance de la política para hacer llegar capital foráneo hacia la isla.
El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, ante parlamentarios de la reunión ordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular que reseña el portal oficialista Cubadebate, aseguró que los elevados niveles de endeudamiento de Cuba influyen negativamente en la calificación del riesgo del país.
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Igual explicó que ese factor impacta negativamente en el desempeño de los negocios, en el acceso a créditos externos y en que los socios extranjeros puedan expatriar regularmente sus dividendos.
Otros aspectos que para nada resultan atractivos a los inversores no cubanos, apuntó, es precisamente la calificación de Cuba como país de alto riesgo y las relaciones con Estados Unidos, marcadas por la persistencia y recrudecimiento del embargo de ese gobierno, en cuyo soporte legal se encuentran disposiciones de naturaleza extraterritorial.
No obstante, sobre este último punto el ministro también reconoció que el poco avance de la inversión extranjera en Cuba, no es solo atribuible a las dificultades generadas por el bloqueo y a la crisis internacional derivada de la pandemia de Covid-19, sino también a factores de índole interna.
Expuso que para incrementar los flujos de inversión extranjera directa y elevar su participación en el PIB, hay que “mejorar las condiciones de Cuba como plaza de inversión y perfeccionar el proceso de promoción y atracción del capital foráneo a todos los niveles”.
Insistió que hay que trabajar para facilitar mejor la tramitación de permisos, licencias y autorizaciones, además de erradicar prejuicios en la mentalidad de empresarios, cuadros y funcionarios, aunque, aclaró, sin sacrificar soberanía ni renunciar a esencias del modelo socialista.
“Son cuestiones de carácter político, que requieren de la adopción de decisiones en correspondencia”, puntualizó, además.
Asimismo, aseguró que en la economía cubana existen otras características que desestimulan a los inversionistas extranjeros, además de afectar el funcionamiento de los negocios, incluida su capacidad de encadenarse con el resto de la economía.
Entre esas características relacionó los problemas de convertibilidad del peso cubano; los costos de bienes y servicios en el país que no resultan competitivos; el déficit de capacidad constructiva y problemas en la ejecución de los procesos inversionistas.
También mencionó el poco desarrollo del sistema financiero cubano y ausencia de un mercado financiero interno al que pueda acceder la inversión extranjera con facilidad y el retraso de Cuba en materia de automatización de los procesos y conectividad, entre otros aspectos relacionados con la política hacia el capital extranjero que contiene principios que no son afines a los intereses planteados por los inversionistas foráneos.
Entre esos intereses relacionó la imposibilidad de contratar directamente al personal y problemas en el funcionamiento de las empleadoras, además de que el personal extranjero que labora como directivo o técnico en las modalidades de inversión extranjera no puede adquirir determinados bienes, entre otros obstáculos.
En su intervención ante los parlamentarios Malmierca Díaz informó también que en estos dos últimos años solo se han aprobado 47 nuevos negocios, y de ellos apenas 25 se han podido constituir.
Señaló que, además de las demoras de los socios y partes extranjeras para viajar a Cuba, han existido muchas dificultades con la transferencia del dinero para iniciar la inversión debido a los efectos extraterritoriales del bloqueo.
El titular detalló que los siete años de la nueva ley de Inversión Extranjera se han aprobado 285 nuevos negocios, 49 ubicados en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, y 29 reinversiones.
Puntualizó que en Cuba hay 302 negocios con inversión extranjera: 104 empresas mixtas, 54 empresas de capital totalmente extranjero y 144 contratos de asociación económica internacional, relacionados con los sectores del turismo, alimentos, energía e industria ligera.
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