Rachel Cruz es de usar la sinceridad como linterna, no como revólver. De su cabeza no se borra cómo su padre le repetía: “Sé tan amable de poner las neuronas en funcionamiento, antes que la lengua en movimiento”. Porque ella tiene claro que de poco sirve la verdad si no se combina con la empatía. De poco sirve, porque poco construye.
Esta actriz cubana radicada en Miami desde 2012 cree con fervor que hay que saber mirar más allá del ombligo de uno mismo para hacer del mundo un lugar amoroso. Que hay que ser amable porque la vida es un espejo en el que sería bueno poder reflejarse “sin sustos, sano, limpio”. Que es imprescindible el respeto al otro para que haya luz.
Rachel, que en 2021 llegó a los 30 años, subió a los escenarios nacionales por primera vez como bailarina con solo siete. Aunque actuó muy poco tiempo en Cuba, el público de la isla la recuerda por sus desempeños en la serie juvenil “Mucho ruido” y la telenovela “Añorado encuentro”. Del humor al drama, se movía esta joven desde entonces como pez en el agua.
Afortunada donde las haya, según ella misma reconoce, el panorama no cambió mucho cuando se trasladó a la Ciudad del Sol. En la escena teatral y televisiva miamense, siguió brillando. De hecho, esposa de Kary Bernal y madre de la pequeña Alaia, Rachel considera que lo único que hizo hace casi una década fue mudarse de país, porque su esencia permanece intacta.
Hasta hace poco presentadora de “El Jelengue” e intérprete de la exitosa puesta teatral “Papás Fritos” y actualmente emprendedora de una red de mercadeo, esta pelirroja vuelve a las tablas del Teatro Trail el próximo 13 de enero para estrenar, junto a los actores Carlos Enrique Almirante, Edith Obregón, Ariel Texidó y Gerardo Riverón, la comedia “Burundanga, la droga de la verdad”.
Según resalta en exclusiva a CiberCuba, se trata de “una propuesta para morir de la risa”, que se presentará los jueves y sábados bajo la dirección de Yusnel Suárez. Justo antes de meterse en el papel de Berta, una mujer que droga a su novio para convertirlo en la persona más sincera del mundo, Rachel conversa sobre lo que puede verse en el espejo de su corta vida.
¿Cuáles son los recuerdos más entrañables de tu niñez?
Mi niñez es un tesoro, al que voy cuando me siento perdida. Enumerarlos sería injusto porque recuerdo mejor solo lo que tengo en fotos. Fines de año en familia, paseos en la moto de mi padre, veranos en Varadero… y mucho más que he olvidado, pero que me ha formado.
¿Qué te transmite el olor de una sala de teatro?
Infinita nostalgia y un adorable recuerdo del García Lorca en La Habana, donde me estrené.
Algo que siempre le pregunto a quien actúa fuera: ¿cuán diferente es de hacerlo en Cuba?
La única diferencia son los años que han pasado desde el último proyecto que hice en mi país hasta el día de hoy. La madurez que adquieres y todo lo que aprendes con el oficio. Actuar es actuar en La Habana, Miami o Dubai.
¿Por qué has afirmado que “Papás fritos” llegó para desempolvarte?
Porque literalmente llevaba cuatro años sin hacer teatro.
Esa obra dejó la parada bastante alta. ¿Qué trae la que están a punto de estrenar?
“Burundanga, la droga de la verdad” es un texto del español Jordi Galcerán, adaptado esta vez por Yusnel Suarez. Honestamente no he visto nada parecido en esta ciudad en mis casi diez años aquí. Es rápida, intensa, sospechosa y muyyy divertida.
¿Qué es lo que más agradeces de la actuación?
El autoconocimiento. Mi profesión me exige aprender de otros luego de buscar qué haría yo. Y eso me parece mágico.
¿Qué hay que tener en cuenta antes de entrar al mundo de las redes?
Creo que ese cuestionamiento llegó ya cuando estábamos todos dentro (ríe). Se creó un mundo paralelo sin darnos cuenta. A mi hija, que ya determinará si entrar o no: le pediré que refuerce su altaestima.
¿Qué significa para ti ser “cubanísima”, aunque no vivas en Cuba?
Significa tener todos los recuerdos de los que te hablé, y querer volver y llorar el deterioro del sitio del que vengo.
¿Qué es lo más importante que has perdido y has ganado desde que saliste de Cuba?
Perdí a mi padre allí, gané tiempo aquí.
¿Cómo crees que sería la vida humana si no existiera el humor?
Hay muchos que viven sin él. Creo que si nos detenemos a verlos podemos llevarnos una idea. Yo amo reír y empujar a que otros lo hagan.
¿Por qué dices que no deberían ponerte en altavoz durante una llamada?
(Suelta una carcajada). Porque no tengo filtros y cada vez me importa menos.
¿Por qué crees que lo que no nos hace bien debemos tenerlo lejos?
Como seres sociales tenemos la voluntad elemental de poder acercar o rechazar lo que no nos aporte. Construir lo que somos depende mucho del entorno y no tiene ningún sentido abrazarse a abrigos que no nos queden. Se puede ser extremadamente honesto con lo que deseas tener cerca. No aplico eso de que la hipocresía sea parte de la educación. Que te agrade alguien o no, no significa que dejes de ser un ser humano coherente.
“Papás fritos” estuvo en cartelera durante seis meses y después de una cuarentena que exacerbó muchos conflictos de convivencia. ¿Cuál es tu fórmula para lidiar con esos conflictos en la vida real?
A través de mis experiencias solo he podido corroborar que lo único que se necesita para lidiar con cualquier situación son ganas. Ganas de arreglarlo, ganas de seguir, ganas de mejorar… puras ganas de que lo que desees siga funcionando. En ese afán las soluciones aparecen.
Para mucha gente todavía la familia es mamá, papá y nené. ¿Qué es para ti?
La familia es equipo. Existen tantas familias como formas de amar.
¿Por qué crees que no hace falta más que ser uno mismo para ser buena madre o buen padre?
Porque la crianza se aprende. Es una responsabilidad individual querer ser mejores y dar la milla extra.
¿Qué es lo que más te preocupa a ti de la maternidad?
La abrumadora responsabilidad que implica criar a un ser humano bajo mis ojos y experiencias. Me parece tremendamente serio.
¿Cuál es la principal enseñanza que quieres darle a tu niña?
Esa no es una respuesta que tenga ahora. Tiene dos años y le estoy enseñando prácticamente todo. Ahora todo es valioso, todo cuenta. En unos años, te diré, si la vida me lo permite.
¿Qué es para ti el amor propio?
Cuidar lo que veo, oigo, toco y huelo.
¿Qué más amas además del otoño, las ilustraciones, tu niña y tu esposa?
Amo aprender, la música, el teatro, la lluvia, los amigos presentes, las plantas, la comida (ríe otra vez). Lo amo casi todo.
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